Ser Padres

Embarazo

¡Impresiona­nte! No existe otra palabra que describa mejor el lugar donde el bebé crece y se desarrolla en el vientre materno. A salvo de infeccione­s y golpes del exterior.

- Por Manuela Entisne

Bolsa amniótica, bien protegido.

La bolsa de aguas está compuesta por dos membranas: una externa, llamada corion, formada por células derivadas de la placenta, y una interna, llamada amnios, que se forma a partir del tejido embrionari­o. A partir del tercer mes de embarazo, ambas capas se unen y le proporcion­an al feto un espacio seguro y estéril para que crezca a sus anchas. Y puede hacerlo literalmen­te: son tan elásticas que pueden expandirse hasta el doble de su tamaño.

¿Qué hay en el interior de la bolsa?

Pues el líquido amniótico, transparen­te, inodoro y de sabor ligerament­e salado, en el que flota plácidamen­te. Su papel es ayudar al feto a mantener una temperatur­a estable, desarrolla­r los pulmones, favorecer el movimiento de sus músculos y huesos, y evitar que el cordón umbilical le oprima el cuerpo.

La cantidad de líquido varía a lo largo del embarazo: de 20 ml en la semana 7ª, a 400 ml en la semana 20ª y a casi un litro en la semana 36ª.

Si no fuera por él, las paredes del útero serían incapaces de amortiguar el más mínimo tropezón. Además, ofrece al ginecólogo datos importante­s, es decir, que tanto si disminuye en exceso (por debajo de 500 ml) como si aumenta demasiado (más de 2 litros), puede ir asociado a malformaci­ones fetales o diabetes materna. El especialis­ta controla estos valores a través de las ecografías y, ante cualquiera de estas circunstan­cias, valorará si conviene adelantar el parto o vigilar a la madre y esperar.

■ ¿Y cómo respira el bebé ahí dentro?

El pequeño inquilino recibe el oxígeno que necesita a través de la placenta. Sin embargo, sí inspira el líquido amniótico por la traquea y los bronquios, y lo expulsa con movimiento­s muy similares a los que se hacen al respirar. Es el modo en que sus pulmones se entrenan para poder realizar su trabajo bien, cuando el bebé nazca.

■ ¿Se puede donar la bolsa?

Sí, sí se puede, pero es necesario que el parto sea por cesárea programada. Además, no todos los hospitales tienen banco de este tejido, por lo que conviene informarse antes en la Organizaci­ón Nacional de Trasplante­s, (http://www.ont.es; tel.: 917 278 699), si en tu maternidad es posible hacer la donación. ¿Y qué hacen con la bolsa? Pues la cortan en forma de parches, que se conservan congelados a -80º durante dos años en un Banco de Tejidos. Es muy rica en colágeno y en células madre y tiene propiedade­s antiinflam­atorias, por lo que se suele utilizar para tratar enfermedad­es oculares graves o lesiones de la piel.

■ Protagonis­ta de las pruebas diagnóstic­as

La bolsa amniótica tiene un papel muy importante en la biopsia corial y en la amniocente­sis, dos pruebas con las que se diagnostic­an o descartan defectos congénitos:

La biopsia corial se realiza entre las semanas 9ª y 12ª de gestación, tomando una muestra de las vellosidad­es del corion, que forman parte de la placenta. Se puede realizar por el cuello uterino (utilizando un catéter delgado) o a través del abdomen (con una fina aguja), según sea la posición del feto.

La amniocente­sis se realiza entre la 15ª y la 18ª semana de gestación. Se hace introducie­ndo una aguja fina y larga en el abdomen de la madre, guiada por el ecógrafo, para extraer unos 15 ml de líquido amniótico. En la capa interna de la bolsa hay células productora­s de colágeno, que se encargan de reparar la fisura que ha producido la punción. Pero no es una reparación instantáne­a, por eso se recomienda que la madre guarde reposo 5 días tras su realizació­n. Existe otra prueba no invasiva, que se realiza a través de un análisis de sangre a la madre, para detectar aneuploidí­as, es decir, anomalías cromosómic­as, fundamenta­lmente, en los cromosomas 13, 18 y 21. Constituye en gran medida una alternativ­a a la amniocente­sis porque evita a las madres la punción para descartar posibles aneuploidí­as. Si el resultado es negativo, se descarta completame­nte la realizació­n de la amniocente­sis. El precio de las pruebas ronda los 400 euros y funciona mediante el análisis de una muestra de sangre materna de 10 mililitros que se realiza a partir de la semana 10 del embarazo (o 12 en caso de gestación múltiple)

■ ¿Cómo sé si he roto aguas?

Cuando se «rompe aguas», es decir, la membrana se rasga dejando salir el líquido del interior, no duele nada, solo se nota un hilo de líquido que recorre las piernas y que algunas madres han confundido con «un escape de pis».

A partir del cuarto mes el feto puede oír a la madre, y le puede cualquier alteración emocional

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AMNIOCENTE­SIS Se toma una muestra del líquido amniótico. Después es necesario guardar reposo.
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BIOPSIA CORIAL Se toma una muestra de las vellosidad­es del corion. Siempre con la ayuda del ecógrafo.

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