STOP alaridos en 4 pasos
Si estás decidida a dejar de gritar, adelante. Cualquier momento es bueno para darse de baja en el "club de las amigas del decibelio". ¿Cómo hacerlo?
Detecta las señales
En sus talleres, la escritora y conferenciante Julie Ann Barnhill insiste en la necesidad de que los padres reconozcan en su organismo las señales previas a la emisión del grito: opresión en el pecho y la garganta, pulso acelerado, rechinar de dientes y mandíbula, irrupción de pensamientos negativos, angustia... «El antídoto es sencillo: hacer varias respiraciones profundas, visualizar una imagen agradable y pensar “vale, estoy teniendo un día miserable, pero gritar y enfadarme solo va a empeorar las cosas”», explica. También es importante reconocer las situaciones que propician el grito y evitarlas en la medida de lo posible.
Desactívate
Cuando tus hijos te pongan al borde de un ataque de nervios, cuenta hasta 10, vete a otra habitación o empléate de lleno en alguna actividad.
Ensaya
También ayuda prepararse mentalmente para las situaciones que provocan los gritos. «Llegaba a casa muy estresada del trabajo y me encontraba a mis hijos peleándose en medio de un revoltijo de ropa y juguetes, y siempre acababa gritándoles y ellos llorando. Decidí dar un pequeño paseo antes de llegar a casa, para exorcizar mi mal humor y repetirme una y otra vez el guion de lo que iba a ocurrir después: “Ahora llegaré y estará todo hecho un desastre, pero no me voy a alterar. Les diré que recojan y, si no lo hacen, pues tampoco es el fin del mundo”y ¡funcionó!», cuenta Inés.
Y comparte
A la autora del Rinoceronte Naranja le ayudó compartir su experiencia con otros padres, pero no hace falta convertirse en bloguera ni conferenciante: una merienda con otros papás o un grupo de whatsapp que sirva de desahogo para expresar lo que sentimos puede ser igual de efectivo.