Ser Padres

Ya en casa

Tras los días de estancia en la maternidad, donde el bebé y tú habéis sido el centro de atención de familiares y amigos, regresar a casa con el recién nacido es todo un desafío.

- Por Carmen Tejedor

Actitudes antiestrés.

Todo el mundo se ha encargado de advertirte, con su mejor intención, que ya nada volverá a ser como antes, que la vida dará un cambio de 180º, que al día le faltarán horas para hacer todo lo que hay que hacer... pero, a pesar de estas advertenci­as –a menudo exageradas–, puedes disfrutar del posparto al máximo y sin estrés.

Es cierto que pasas de una situación en la que tienes el control de tu vida a una etapa en la que lo primero son los cuidados de tu bebé, que no tiene horarios y sí muchas necesidade­s, todas más o menos urgentes. Lo primero que hay que hacer, para no sentirse desbordada por los acontecimi­entos, es aceptar la nueva situación como es, sin intentar hacerlo todo perfecto y sin querer llegar a todo.

Guarda el reloj en un cajón

Aunque es recomendab­le establecer unas rutinas, que ayudarán a funcionar mejor, hay que olvidarse de los horarios rígidos y estrictos que acaban por agobiar. Solo así podrás disfrutar de cada momento, siguiendo tus propios biorritmos y los del bebé. Tú y tu hijo os estáis conociendo y eso lleva un tiempo.

Simplifica tareas

No es necesario bañar al bebé todos los días, ni empeñarse en que la casa esté reluciente... Siéntante con tu pareja y planifica, de forma realista, el reparto de la tareas de la crianza y de la casa, de manera que te quede tiempo para ti misma, y no solo durante los 13 días que el papá puede estar en casa disfrutand­o de su permiso por paternidad, sino durante todo el tiempo que va a durar la baja maternal y lógicament­e, también una vez que tú te reincorpor­es al trabajo.

Para no tener que cocinar a diario, cuando tengas tiempo prepara más cantidad, y congela los platos ya preparados.

Pide toda la ayuda que necesites

Seguro que hay algún familiar, amigo o vecino que puede echarte una mano con la comida o la compra o recoger del cole a tu hijo mayor. Así concentrar­ás tus energías en el cuidado del bebé.

Raciona las visitas

Los amigos y familiares están deseando conocer al niño y traerle un regalo, pero ahora que el tiempo se nos escapa de las manos, la presencia de terceras personas en casa puede causarnos más estrés que gratitud. Una buena idea puede ser organizar un evento, pasadas dos o tres semanas, para presentar al nuevo miembro de la familia, en casa o en un lugar tranquilo. Por ejemplo, una merienda o un aperitivo y que cada uno traiga algo preparado. Así evitas el trajín de recibirles de uno en uno.

Busca el contacto con otras madres

En las grandes ciudades, el puerperio se suele vivir de manera solitaria, porque no hay muchos espacios donde las mujeres pueden compartir sus vivencias y encontrar apoyo y afecto. Puedes relacionar­te con otras madres en los grupos de posparto y de apoyo a la lactancia, en los parques o incluso a través de Internet. En los grupos de posparto la comunicaci­ón del grupo entre sí y con la matrona actúa como refuerzo positivo para afrontar todos los cambios. La matrona orienta a las madres y luego cada una va contando su experienci­a, ayuda a las demás. El apoyo de otras mujeres que pasan por lo mismo es fundamenta­l, sobre todo en las madres primerizas. Las mamás recientes no se sienten tan solas y esperan cada semana el momento de ir a clase para compartir vivencias, escuchar a sus compañeras y poder hablar libremente con su matrona.

Descansa siempre que puedas. Intenta dormir cuando alguien pueda atender al bebé o este esté descansand­o. Cada momento, por pequeño que parezca, ayuda.

Aliméntate bien y sal a diario a pasear para tomar el aire y el sol. Lo normal es pasear con el bebé, pero también, si es posible, conviene salir algún ratito sin él, para dar una vuelta en bici, ir de compras o tomar café con amigas sin niños...

Intenta retomar las actividade­s que antes te entretenía­n: leer, seguir viendo tu serie de televisión favorita, hojear el periódico, ver qué se cuece cada día en las redes sociales... Tendrás que reajustar los horarios, pero procura no abandonar completame­nte esos intereses ni las relaciones sociales.

Puedes iniciar nuevas actividade­s con el bebé, como hacer tablas de ejercicios, con otras mamás o sola en una casa. El objetivo es pasar un rato divertido y ameno. Además, al hacer ejercicio se segregan endorfinas que hacen que la madre se sienta bien, al mismo tiempo que el bebé disfruta de la actividad.

Y aunque la vida no sea realmente como antes, con el paso del tiempo lograrás reanudar las actividade­s importante­s que solías hacer y añadirás otras nuevas que te aportarán experienci­as únicas.

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