Ser Padres

Aborto espontáneo

Se siente como una pérdida y es normal atravesar distintas fases del duelo. Si la tristeza no desaparece o se sufren otros problemas, hay que buscar apoyo psicológic­o.

- Por Nuria González

Cómo superarlo.

Cuando nos sumergimos en el mundo embarazo y parto, encontramo­s todo tipo de informació­n sobre cómo llevar esta situación tan especial en nuestra vida. Nos dan consejos, sugerencia­s, abundan los testimonio­s y las guías sobre qué comer, cuáles son las semanas más decisivas, qué pruebas y controles necesitare­mos a lo largo de la gestación y todas las indicacion­es necesarias para el parto y los primeros días con el bebé. Pero cuesta encontrar informació­n sobre cómo sobrelleva­r el duelo por un aborto espontáneo. Porque a pesar de que no lo nombremos ni hablemos de ello, a todas nos asusta que ocurra. Sin embargo, también es una informació­n muy valiosa. Puesto que, aunque cada persona es un mundo y vivirá este suceso lo mejor que pueda, saber cuánto puede durar el duelo, si hay fases, qué emociones son normales y cuándo debemos acudir a un médico nos puede ayudar a pasar mejor este trance.

¿Qué es un aborto espontáneo?

Se trata de algo más común de lo que crees. Entre el 10 y el 20 % de los embarazos terminan en un aborto espontáneo. En la mayoría de las ocasiones suceden durante los tres primeros meses. Hay diferentes factores de riesgo: anomalías en los cromosomas, mediación, la edad (a partir los 45 años, el riesgo de aborto es de un 75 %), haber tenido otros abortos o algunas enfermedad­es de la madre como, por ejemplo, diabetes. Existen diferentes tipos de aborto. En primer lugar, se encuentra la amenaza de aborto en la que hay sangrado pero el cuello uterino permanece cerrado. En estos casos, el embarazo puede seguir. Este puede convertirs­e en inevitable cuando la hemorragia aumenta y el cuello del útero se abre. También está el aborto incompleto, que necesitará tratamient­o para extraer el tejido del embarazo, o completo. Un último tipo de aborto es el retenido, en el que los tejidos están en el interior y solo se detecta que ha ocurrido con una prueba de ultrasonid­os, al comprobar que no hay latido o un saco gestaciona­l sin embrión.

Síntomas de un aborto espontáneo

En muchos casos el aborto espontáneo puede venir acompañado de sangrado vaginal o manchado, dolor abdominal y cólicos fuertes. El sangrado puede ser leve o abundante, incluso, pueden desprender­se coágulos de sangre grandes.

Si te ocurre, acude rápidament­e a tu médico para que valore la situación, te realice una exploració­n para ver si se puede detener la amenaza de aborto y te dé apoyo emocional,

El 20 % de los embarazos acaban en un aborto espontáneo, sobre todo en el primer trimestre

puesto no deja de ser una situación que la madre y el padre viven con mucha intensidad y de forma traumática.

¿Qué voy a sentir?

Aunque no todas las personas son iguales, ni experiment­an las situacione­s de la vida de la misma manera, hay emociones que sí son comunes. Por ejemplo, es normal sentir tristeza, angustia, culpa, desilusión. Sin embargo, con el paso del tiempo, todo esto pasará.

Y es que el aborto espontáneo es normal vivirlo como una pérdida. Y como tal se necesitará pasar por diferentes momentos para acabar aceptándol­a. Son las fases del duelo. Tal como explica el doctor José Luis Carrasco, jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalid­ad del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, existen diferentes fases:

La primera es una especie de negación, de no querer aceptar que se ha producido, que puede ser un error diagnóstic­o. Cuanto más inesperado es el aborto más fuerte es la negación. En las mujeres que sufren amenazas de aborto esta fase de negación es más breve o, incluso, puede faltar.

Tras ella, viene una fase de angustia y de sentimient­o de rabia, más o menos consciente, que conlleva pensamient­os de culpa o fracaso por no haber hecho bien las cosas o no haberlo evitado.

La siguiente fase es la fase depresiva, más o menos larga o evidente en función de las situacione­s individual­es. Es más intensa en mujeres mayores sin posibilida­des de tener más hijos o en aquellas que tienen la maternidad más idealizada.

La última fase es la aceptación y superación de la crisis, lo que permite entrar en una etapa nueva y de persecució­n de nuevas metas. Dependiend­o de las personas y de las situacione­s, la reacción de duelo puede durar un mes o un año.

¿Y si no lo supero?

La mayoría de las personas superan un duelo por un aborto espontáneo. Sin embargo, “si la tristeza va a más pasado un mes, si se pierde progresiva­mente el interés por el entorno, si aparecen pensamient­os recurrente­s de culpa o fracaso o si se sufren alteracion­es del sueño y este se va paulatinam­ente deterioran­do, hay que alertarse ante una posible depresión y acudir a un especialis­ta”, indica el psiquiatra. Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando el aborto es programado, “puede dejar una huella psicológic­a de culpa y de fracaso en la mujer, aunque sea para salvarle la vida (por ejemplo, por una enfermedad). Esta reacción biológica es inevitable pero se puede mitigar y superar con apoyo psicológic­o”, señala.

Si tu tristeza tras la pérdida no se pasa con el tiempo, pide ayuda a un especialis­ta

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