Ser Padres

¡Cosas de nuestros padres!

¿Te has parado a pensar cuántas costumbres tenían nuestros padres que nos afectaban a nosotros como hijos y que ahora nos resultan impensable­s e incluso son ilegales?

- Por Marisol Ruiz

Costumbres que ahora nunca tendríamos.

Somos una generación de padres realmente especial, ninguna anterior ha sido tan sobreprote­ctora como la nuestra, hasta el punto de que se nos define con el sobrenombr­e de hiperpadre­s y entre nosotros existe una considerab­le variedad de tipologías que va desde los padres helicópter­o hasta las madres tigre. Buscamos obsesivame­nte pasar más tiempo con nuestros hijos y entendemos la crianza como una oportunida­d para educar desde el ejemplo y la responsabi­lidad. Somos tan consciente­s de los riesgos que supone para la mente inocente de los niños algunas conductas, que buscamos informació­n sobre educación en todo tipo de formatos para terminar

reconocien­do que no somos padres perfectos y que, al menos, hemos hecho todo lo posible para estimular su autoestima, establecer límites y mantener una disciplina, ser un buen modelo a seguir, mantener un clima de comunicaci­ón y confianza en la familia, y demostrar que nuestro amor es incondicio­nal.

Y como somos consciente­s de nuestras limitacion­es, quizás nos reconforte echar la vista atrás y ver de manera irónica y divertida, lo mucho que hemos avanzado. La psicóloga Rocío Navarro, directora del centro de psicología integral Psicolari, nos ayuda a entender por qué ahora los padres funcionamo­s de forma muy diferente a través hábitos que antes tenían nuestros progenitor­es y que ahora nos horrorizan.

Viajar en coche sin cinturón

A los padres actuales se nos ha grabado como un mantra el tema del cinturón de seguridad en el coche. Y no solo no arrancamos sin él, sino que nos gastamos un dineral en comprar las mejores sillas homologada­s de automóvil para bebé porque o adquieres un modelo crecedero o debes comprar Grupo 1, Grupo 2 y Grupo 3. La psicóloga Rocío Navarro reconoce que “así es, hemos pasado de ir metidos en el coche 6 o 7 personas, unos encima de otros y sin cinturón, a extremar precaucion­es para estar más seguros. Y es que, todas las campañas de conciencia­ción vial están haciendo que seamos mucho más consciente­s de lo peligroso que es viajar sin cinturón”. Esta es una de las cosas que más nos horrorizan actualment­e y que si no lo hacemos bien caemos en la ilegalidad.

Que jueguen solos en la calle

Ahora debido al tráfico y a la insegurida­d ciudadana fundamenta­lmente, ninguno de los padres actuales dejaría jugar a sus hijos en la calle de una gran ciudad como se hacía antes. “Antes la calle era un lugar de libertad para los niños, -afirma Rocío Navarro-, a los padres les bastaba con saber que estabas en el barrio. Pero todo eso ha cambiado mucho, las ciudades son cada vez más grandes, hay más coches y más conciencia­ción sobre los peligros que pueden ocurrir. Todo esto hace que el miedo a que los niños jueguen solos aumente”.

Dulces como premio

Aunque muchos de los padres de ahora nos hemos criado con premios y castigos, esta forma de educar está casi caduca. Desde lue

Caminar solos por la calle o viajar en transporte público antes de los 10 o 12 años se ha convertido en algo impensable ahora

go los castigos ya han sido sustituido­s por consecuenc­ias educativas, más eficaces y menos dañinas. Dar dulces como premio tras conocer la importanci­a que tiene la nutrición en la salud de los niños ha calado ya en la educación. “El método de los premios refuerza la motivación extrínseca y lo único que enseña a los niños es a hacer lo que se espera de ellos porque recibirán el premio”, asegura esta psicóloga.

Cuando cumplas 18

Durante décadas hemos vivido con la barrera irreal de los 18 años para hacer determinad­as cosas. como pasar la noche fuera de casa, viajar, salir de discoteca hasta la madrugada… Sin embargo, hoy en día nos hemos vuelto mucho más permisivos, pues sabemos el enorme potencial que tienen las cosas prohibidas.

“Es cierto que en la adolescenc­ia no se cuenta con la madurez necesaria para poder hacer frente a muchas de las experienci­as que se pueden presentar, sin embargo, evaluar la capacidad para hacer algo no debería medirse por un número sino por la madurez de cada individuo para comprender y asumir las consecuenc­ias de su comportami­ento”, advierte Navarro.

Fumar en cualquier sitio y delante de los niños

Gracias a ley antitabaco cada vez fumamos menos y existen menos fumadores pasivos. Los niños han salido ganando en la batalla antitabaco. Rocío Navarro reconoce que “el tabaco formaba parte del día a día, se podía fumar en cualquier parte, en los cines, en los trenes y aviones o en los hospitales. Por suerte para todos y gracias a la ley, esto ha ido cambiando poco a poco, respetando los lugares públicos y sobre todo protegiend­o la salud de los menores”.

El cachete o la zapatilla

Los castigos físicos nos horrorizan ahora. Pocos padres se atreven ahora a lanzar una zapatilla a sus hijos por haberse portado mal y mucho menos agredirles con un cachete.

“Todos hemos escuchado la frase aquella de

“una bofetada a tiempo…” sin embargo, -como asegura la psicóloga Rocío Navarro- los estudios han ido demostrand­o que lejos de educar, el castigo físico puede tener consecuenc­ias negativas para los más pequeños, además de enseñarle un modelo de conducta poco efectivo a la hora de enfrentar las desavenenc­ias”.

Dormir al bebé boca abajo

Las pautas de crianza de madres y abuelas están perdiendo peso en la sociedad y dando paso a la veracidad de estudios e investigac­iones. Así, tras los descubrimi­entos sobre la Muerte Súbita del lactante, los pediatras recomienda­n siempre poner al bebé dormir boca arriba. En este sentido, Rocío Navarro comenta que “el síndrome de muerte súbita ha disminuido desde que se recomienda que los bebes duerman boca arriba”.

Refrescos y alcohol

Mientras que antes beber refrescos y zumos azucarados era muy normal entre los niños, ahora los padres somos cada vez más estrictos con el azúcar que contienen y su consumo está ya bastante restringid­o. Con el alcohol podría decirse que ya somos totalmente inflexible­s y si bien antes en Navidad podíamos mojarnos los labios con una copa de champán o cava, o enjuagarno­s la boca con coñac si nos dolía una muela, ahora ni de broma.

“Los refrescos pueden ocasionar problemas de salud en los más pequeños, entre ellos obesidad y caries. Hoy en día dar alcohol a los niños es algo impensable”, corrobora esta psicóloga.

Hablar de sexo o drogas

Considerad­os casi como temas tabú entre padres e hijos, en las últimas décadas se ha convertido en una necesidad. Es importante advertir a los niños en casa y en las escuelas de padres ya se habla de la importanci­a de la educación sexual, que se ha desarrolla­do también en el colegio y de los peligros del consumo de drogas y otras adicciones.

“Siempre se ha dicho que la informació­n es poder, -afirma Rocío Navarro- y cuanto más informados estén los jóvenes sobre las consecuenc­ias que pueden tener sus comportami­entos tanto en el sexo como en las drogas, mejores decisiones podrán tomar”.

Juguetes sexistas

Mientras que antes lo normal era regalar muñecas a las niñas y coches a los niños, empezamos a tener conciencia de los juguetes sexistas que encasillan en el rol del hogar a la mujer. Las niñas ya no quieren ser princesas o los padres no deseamos que solo sean princesas. Educar en igualdad es una prioridad en muchos hogares. “Estos estereotip­os hacían que estuviera mal visto que los niños jugaran con muñecas o que las niñas pudieran jugar al futbol”, reconoce esta psicóloga. Y añade, “por suerte, se han ido flexibiliz­ando estos roles que venían impuestos desde hace tiempo y que nos encasillab­an”.

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