Habla a tu bebé
A muchos padres les cuesta hablar a su pequeño porque piensan que no obtienen respuesta. Otros, tienen la sensación de que hablan solos. Descubre la importancia de la interacción con tu hijo desde que nace.
La importancia de hacerlo.
Los bebés llegan al mundo con una sorprendente capacidad para aprender a hablar. Desde el sexto mes de gestación, el bebé ya escucha la voz de mamá y los sonidos del exterior del vientre materno. De este modo, se entrena para adquirir su propia lengua gracias a que su cerebro está preparado para adquirir la facultad humana del lenguaje. Solo necesita que sus órganos fonadores maduren para emitir los sonidos y que sus padres le hablen mucho, desde el principio, y jueguen a hablar con él a modo de entrenamiento.
Sin embargo, aunque sentimos la necesidad de interactuar con nuestro bebé, haciéndole carantoñas, poniéndole caritas o emitiendo sonidos… hablar, lo que se dice hablar, no hablamos excepto frases cortas como “¡Qué bonito eres!”. ¿Por qué a los padres nos cuesta hablar a nuestro bebé? Marta Hernández López, logopeda, experta en Atención Temprana, maestra especialista en Audición y Lenguaje, máster en Neuropsicología y Educación y directora del Centro de Terapias Infantiles Peñalara, (www.cripenalara.com), comenta que “podríamos pensar en que exista esta dificultad porque el bebé no sea capaz de contestar, pero en realidad la comunicación inicial con el bebé empieza a través de un intercambio de información corporal que se conoce como diálogo tónico, basado en el contacto físico, las posturas o la forma de sostener al bebé. Hay un proceso natural y universal conocido como el baby talk que hace que empleemos ciertas variaciones en nuestra forma de hablar al dirigirnos a un bebé: hablamos más despacio, en un tono más agudo, con frases cortas y elementos repetitivos”.
La sensación de que el bebé no nos entiende, o bien que hablamos solos como a una pared, es en realidad una percepción errónea al no obtener una respuesta clara por parte del bebé como la que obtendríamos al hablar con un niño o con otro adulto. Únicamente tenemos que ser un poco más observadores ya que, como asegura Marta Hernández, “desde las primeras semanas podemos observar cambios en la actividad motora del bebé en respuesta a las interacciones y cómo se orienta hacia la persona que le habla, sin olvidar la predilección por la voz de la madre y la calma que le supone escucharla. El llanto, las sonrisas y las miradas suponen un intercambio comunicativo desde los primeros meses, y el bebé también responde con gestos, gorjeos y vocalizaciones”.
¿Cómo se adquiere la lengua materna?
Los bebés son seres sociales por naturaleza, el papel de los cuidadores y la comunicación con ellos es fundamental en su regulación natural, el lenguaje es una herramienta necesaria en esta comunicación. Por este motivo, hablar con tu bebé resulta tan beneficioso y estimulante para él. La logopeda Marta Hernández afirma que “la cantidad y calidad de las interacciones supone un gran estímulo para su neurodesarrollo. Es fundamental hablar a los bebés porque durante su primer año de vida pasarán de ser hablantes “universales” a ser hablantes de la lengua propia de su cultura. Gracias a la exposición al habla del entorno, los niños se especializan en el repertorio de sonidos vinculados a su idioma”. Además, el lenguaje también se aprende por imitación y, por este motivo, hablar a nuestro bebé supone una forma de fomentar la adquisición del lenguaje materno de los niños. Como explica Marta Hernández, máster en Neuropsicología y Educación, “el aprendizaje por imitación es aquel que se produce observando, en este caso escuchando a un modelo, para posteriormente tratar de reproducirlo. La exposición al habla es imprescindible para que ésta se desarrolle. Además, en la etapa conocida como periodo crítico para la adquisición del lenguaje, de 0 a 7 años, el sistema nervioso es especialmente sensible para el desarrollo lingüístico. El entorno favorecerá la adquisición del len
guaje a través de interacciones y experiencias compartidas con el niño”.
Lo que dice la neurociencia al respecto
El desarrollo de la neurociencia y la profundización en las teorías sobre el apego avalan la importancia de la interacción con el bebé como han demostrado las conclusiones de diferentes estudios, entre ellos, el de Patricia Kuhl, científica de la Universidad de Washington, especializada en el desarrollo del lenguaje y sus bases neuronales. Así, se ha demostrado que un bebé recién nacido está acostumbrado a escuchar la voz de la madre, sus latidos cardiacos y también sonidos que le llegan del exterior como la voz de su padre o la música que escuchaba cuando estaba en el vientre materno. Este estudio ha revelado que los bebés se tranquilizan con las voces y la música que les resultan conocidas. Pero, ¿a partir de qué edad es más importante hablar con nuestro bebé para que obtengan beneficios? “La audición se inicia hacia el séptimo mes de vida intrauterina. Los estudios demuestran como al nacimiento el bebé reconoce la voz de la madre y el idioma materno, lo que nos lleva a plantear la necesidad de hablar al bebé no solo desde el nacimiento sino incluso antes del mismo”, asegura Marta Hernández.
Consejos para comunicarte con tu bebé desde que nace
Los padres debemos hablar a nuestros bebés en un tono suave y claro, evitando el uso de diminutivos y dejándole en presencia de otras conversaciones familiares para que aprendan a asociar el lenguaje como medio de comunicación y respuesta. El habla clara proporciona al bebé la referencia para una articulación adecuada, ya que tiende a imitar lo que oye y repite de la misma manera. También resulta muy estimulante para el desarrollo de su lenguaje cantarle, hacerle sonidos guturales, bailarle y mantener con él un contacto táctil que le haga sentirse amado y querido a través de masajes, mimos y caricias. Nunca es demasiado pronto para estimular el lenguaje de los niños. En los primeros meses, los bebés se muestran interesados en los juegos de imitación. Debemos aprovechar esta circunstancia para balbucear y hacer expresiones y ruidos exagerados para que ellos intenten imitarlos. La idea es que los padres estimulen el balbuceo del bebé y le inciten a realizar repeticiones.
Hablar al bebé desarrolla sus habilidades porque se establecen conexiones neuronales que facilitan la discriminación de los sonidos. Esta estimulación lingüística debe ser diaria a través de conversaciones o interacciones, y de juegos visuales, auditivos y táctiles durante su alimentación, baño o momentos de actividad.