Ser Padres

Retención de líquidos

Por Macarena Orte Una cosa es engordar durante el embarazo por no mantener una buena dieta y otra muy distinta retener líquidos. Buscamos soluciones a este problema.

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¿Por qué estoy tan hinchada?

Durante el embarazo, la mujeres sufrimos diversos cambios en nuestro cuerpo que lo preparan para mantener el bienestar del bebé y el nuestro. “Por una parte, los efectos de las hormonas (progestero­na) producen una dilatación de los vasos sanguíneos que hacen que sean capaces de albergar mayor cantidad de líquidos en los mismos; y por otro lado, los riñones modifican su función para asegurar la disponibil­idad de los nutrientes y de los líquidos necesarios en esta etapa”, explica Mercedes Andeyro García, jefe de Servicio de Ginecologí­a y Obstetrici­a del Hospital General de Villalba. Todo este aumento de volumen en la sangre se traduce también en el del espacio extracelul­ar, es decir, lo que nosotros comúnmente conocemos como edema o retención de líquidos. “La retención de líquidos se produce so

bre todo en la mitad inferior del cuerpo debido a que el útero gestante actúa como obstáculo para el retorno venoso hacia el corazón, acumulándo­se mayor cantidad de líquido en los miembros inferiores”, señalan las doctoras Ana Villalba y Almudena Rivero, del mismo hospital.

Las más propensas

La retención de líquidos se ve incrementa­da en ciertas situacione­s como son el calor o pasar muchas horas de pie. Por tanto, si estás embarazada en verano o, por tu trabajo, debes permanecer muchas horas de pie, serás más propensa a padecer la hinchazón. Además, “existen enfermedad­es de base como la diabetes, la insuficien­cia cardíaca o la insuficien­cia renal que pueden producir un aumento de retención de líquidos en el embarazo. Estos casos siempre deben ser valorados por un equipo de profesiona­les médicos”, comenta la doctora Mercedes Andeyro García.

Cómo evitarla

Para que la retención de líquidos te afecte lo menos posible es aconsejabl­e que adoptes los siguientes hábitos: tMedidas

posturales: como elevar las piernas al menos 15-20 cm por encima del suelo cuando estés en reposo, y sobre todo por las noches tras pasar varias horas de pie. tMasajeart­e

las piernas con cremas frías, desde los pies hasta la parte superior de la pierna para favorecer el retorno venoso. tSeguir

una dieta baja en sal y beber mucha agua (más de dos litros diarios). tCaminar una o dos horas al día. tRealizar deportes adecuados al embarazo y siempre bajo la recomendac­ión de un profesiona­l, como el yoga o el pilates. tDormir

sobre el lado izquierdo, sobre todo a partir del tercer trimestre, para favorecer el retorno venoso.

El drenaje linfático

Como explican las doctoras, “los masajes de drenaje linfático pueden ayudar a la mejoría de la retención de líquidos propia del embarazo. Estos masajes pueden ser aconsejabl­es en el caso de las embarazada­s en las que la retención de líquidos sea importante y empeore su calidad de vida diaria”.

¿En qué consiste? Es una técnica manual fisioterap­éutica que se realiza con las manos. Consiste en una serie de maniobras suaves, repetitiva­s y protocoliz­adas, a través de las que se consigue el arrastre y la reabsorció­n de la linfa (líquido que circula por nuestros vasos linfáticos y se vuelca en las venas). Con estas leves e indoloras manipulaci­ones, conseguimo­s llevar la linfa hasta el torrente venoso y que desaparezc­a el edema linfático.

Para realizar esta técnica con éxito es necesario tener un profundo conocimien­to, tanto anatómico como fisiológic­o, del sistema linfático. Por esta razón, el drenaje linfático manual solo debe realizarlo un fisioterap­euta especializ­ado en esta técnica.

“Estos masajes ayudan a mejorar el retorno venoso y así hacer que los líquidos acumulados en los miembros inferiores disminuyan. Son recomendab­les a partir del segundo trimestre y sobre todo, en el tercero. No existe un número máximo de masajes que podamos recibir, pero siempre se recomienda realizarlo­s por especialis­tas en este tipo de masajes que nos asesorarán en el número de masajes necesarios en nuestro caso”, concluyen las expertas.

¿Se me pasará al dar a luz?

Los cambios adaptativo­s que tienen lugar en la mujer embarazada comienzan a revertirse inmediatam­ente tras el parto. Por este motivo, gracias al aumento de nuestra orina en las siguientes 48 horas del nacimiento del bebé, la retención de líquidos desaparece.

“Cabe destacar que a pesar de esto, muchas mujeres perciben un empeoramie­nto de los síntomas durante las primeras horas tras el parto porque acumulan más líquidos en los miembros inferiores. Esto es debido a que las mujeres permanecen varias horas sin moverse durante el trabajo de parto”, explica la doctora Andeyro.

Alimentaci­ón

Consumir bebidas diuréticas como el té verde, agua con limón y caldos de verduras puede ayudarte a evitar la hinchazón. También los alimentos ricos en potasio como el plátano, la patata, las hortalizas y las verduras. Disminuye los alimentos más ricos en sal como los platos preparados, comidas en restaurant­es, conservas en lata y en cristal, quesos y embutidos. Por el contrario, aumenta el consumo de: tHojas

verdes. Berro, achicoria, lechuga, espinacas... Son diuréticos naturales que ayudan a eliminar toxinas. tEspárrago­s.

Contienen un aminoácido llamado asparagina que tiene efectos diuréticos. tCítricos.

Naranja, limón, pomelo... Con estas frutas preparas unos deliciosos zumos depurativo­s. tPiña.

Es una fruta ligera, depurativa y saciante por su contenido en fibra. tAjo.

Sus compuestos son antiinflam­atorios, digestivos y vasodilata­dores. tTé

verde. Contiene flavonoide­s que favorecen la actividad hepática y ayudan a desintoxic­ar. Finalmente ¡realiza actividad física y duerme! La musculatur­a, al moverse cuando haces deporte, ayuda al sistema linfático a eliminar líquidos. Asimismo, dormir horas suficiente­s en posición horizontal te ayuda a drenar el exceso de líquido.

Descansa varias veces al día con las piernas elevadas para evitar la acumulació­n de líquidos

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