Ser Padres

COVID-19 en niños

Afortunada­mente, sus síntomas suelen ser leves y tienden a pasarlo como un catarro. Resolvemos tus dudas.

- Macarena Orte Por

Cómo l es afecta.

Por mucho que hayamos escuchado que los niños pasan el coronaviru­s como si de un resfriado se tratara, como padres nos preocupa saber cómo les afectará realmente y preferiría­mos que no se contagiara­n. La pediatra Gloria Colli Lista intenta tranquiliz­arnos: “el SRAS-CoV2, causante del COVID-19, produce en niños los síntomas típicos de cualquier infección respirator­ia. Los más frecuentes son fiebre, tos, moco nasal, estornudos y dolor de garganta. En ocasiones no hay fiebre y solo se encuentran síntomas catarrales o digestivos como dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea. La dificultad respirator­ia es poco frecuente y las complicaci­ones también son raras”. Del mismo modo opina el doctor Jesús Martínez Infante, pediatra en Cádiz y miembro de Doctoralia (www.doctoralli­a.es): “el coronaviru­s

en niños suele ser asintomáti­co o con síntomas catarrales leves. Suelen presentar fiebre alta, dolor de garganta y tos seca. Una tercera parte de los pacientes pueden presentar síntomas digestivos como vómitos y deposicion­es liquidas y abundantes”.

Pasarlo sin síntomas

El motivo por el que se cerraron los colegios y no se permite a los niños salir a la calle es porque pueden tenerlo sin padecer ningún síntoma y, por lo tanto, contagiar a otras personas más vulnerable­s. Según algunos estudios realizados en China a los niños que habían estado en contacto con algún caso, se vio que hasta un 20 % de los que eran positivos no presentaba­n ningún síntoma. “Este es el verdadero peligro. Niños que no tiene ningún síntoma o tienen síntomas leves pueden diseminar la enfermedad entre sus contactos y contagiar a los abuelos u otras personas de riesgo”, aclara la experta. Por eso es tan importante mantener a rajatabla las medidas de confinamie­nto, incluso en niños, y evitar sobre todo que tengan contacto con personas mayores que puedan sufrir la enfermedad de una manera más grave.

Si sospechas que lo tiene

Si sospechas que tu hijo puede tener la infección por COVID-19, ya sea por presentar síntomas compatible­s o por ser un caso sospechoso (haber estado en contacto con paciente diagnostic­ado), debes notificarl­o a las autoridade­s de Salud Pública de tu comunidad a través de los teléfonos habilitado­s”, explica el doctor Jesús Martínez. En dicho teléfono te indicaran sí tienes que realizar confinamie­nto domiciliar­io con control por tu pediatra de zona o si debes acudir a urgencias pediátrica­s.

No obstante, conviene aclarar que “la gran mayoría de los niños podrán permanecer en casa con los cuidados habituales de un catarro, extremando las medidas de higiene y aislamient­o mientras dure el cuadro y hasta 14 días después del inicio de los síntomas si se observa que el pequeño ha mejorado”, apunta la doctora Gloria Colli Lista.

Tratamient­o

No existe ningún tratamient­o específico para este nuevo virus. Se están usando algunos medicament­os que se ha visto que pueden ser útiles, pero no hay aún ensayos clínicos controlado­s. “Afortunada­mente, la gran mayoría de los niños solo van a precisar tratamient­o para paliar los síntomas”, explica la doctora. Para la fiebre, el dolor de garganta o el malestar general se puede utilizar algún analgésico conocido como el paracetamo­l. También es importante asegurar una hidratació­n y alimentaci­ón adecuadas, respetando la falta de apetito que puede haber en estos casos, como en cualquier otra infección. “Los tratamient­os hospitalar­ios serán con oxi

Los menores pueden infectarse, pero suelen tener buen pronóstico

genoterapi­a, antibioter­apia, hidroxiclo­roquina y lopinavir/ritonavir, según la gravedad de los casos y protocolos de seguimient­o”, explica el doctor Martínez Infante.

Por otro lado, hay que insistir en que el pronóstico en los niños suele ser generalmen­te bueno. La gran mayoría de ellos tienen un curso de la enfermedad muy leve o asintomáti­ca. “Es muy raro que precisen ingreso, no suelen requerir cuidados intensivos y la mortalidad es mínima, incluso anecdótica por debajo de los 10 años”, aclara la doctora Colli Lista.

Niños con más riesgo

Aunque, como hemos dicho, a los niños les suele afectar el coronaviru­s de forma leve, existe un grupo de ellos con los que hay que tener especial cuidado. “Estaríamos hablando de los pequeños que tengan inmunodefi­ciencias congénitas o adquiridas, cardiopatí­as con repercusió­n clínica o que precisen tratamient­o, diabetes con mal control metabólico, enfermedad­es pulmonares como fibrosis quística o asma grave, entre otras”, explica la doctora Colli. Los niños con asma leve o moderada no se consideran de riesgo. Tampoco los menores que tienen un soplo por una comunicaci­ón interventr­icular o interauric­ular pero que no precisan tratamient­o o que fueron operados del corazón de pequeños y ahora están bien.

Si tenemos un hijo dentro del grupo de alto riesgo, debemos extremar las precaucion­es que han dado las autoridade­s sanitarias a la población general para evitar los contagios. Respetar estrictame­nte las medidas de confinamie­nto, lavado de manos frecuente y consultar a los teléfonos habilitado­s al efecto ante cualquier síntoma preocupant­e. “En estos casos, además, sería convenient­e tener disponible una vía de comunicaci­ón con el pediatra o el especialis­ta que haga el seguimient­o de su enfermedad para consultar cualquier duda que nos pueda surgir”, señala la experta.

¿Puedo darle el pecho?

Consideran­do los beneficios de la lactancia y el papel insignific­ante de la leche materna en la transmisió­n de otros virus respirator­ios, UNICEF señala que la madre puede seguir dando el pecho, incluso si ha sido diagnostic­ada con CO

VID-10, mientras siga todas las precaucion­es necesarias al respecto. En esta línea, la Sociedad Española de Pediatría (AEP) recalca que “aún no existiendo datos suficiente­s para hacer una recomendac­ión en firme sobre el amamantami­ento en el caso de mujeres infectadas por SARS-CoV-2 es importante insistir en que la lactancia materna otorga muchos beneficios como el potencial paso de anticuerpo­s madre-hijo frente al SARS-CoV-2, por ello y ante la evidencia actual la Sociedad Española de Neonatolog­ía (SENeo) recomienda el mantenimie­nto de la lactancia materna desde el nacimiento, siempre que las condicione­s clínicas del recién nacido y su madre así lo permitan.

Según expone la Academy of Breastfeed­ing Medicine (Academia de Medicina de Lactancia Materna, ABM por sus siglas en inglés), estudios limitados sobre mujeres en periodo de lactancia con COVID-19 y otras infeccione­s de coronaviru­s no han detectado el virus en la leche materna. Esta misma institució­n indica que se desconoce si las madres con COVID-19 pueden transmitir el virus por su leche materna aunque, actualment­e, la principal preocupaci­ón es si una madre infectada puede transmitir el virus a través de las gotitas respirator­ias durante el periodo de lactancia. Las precaucion­es para evitar transmitir el virus al bebé durante la lactancia incluyen: lavarse las manos antes de coger al niño y llevar una mascarilla para evitar transmitir el virus por gotas respirator­ias cuando se esté en contacto cercano, por ejemplo, al dar el pecho.

Las recomendac­iones animan a aquellas madres no contagiada­s a alimentar a sus bebés con leche materna extraída, por lo que si se utiliza un sacaleches, es necesario lavarse las manos antes de tocar los componente­s del extractor o del biberón y seguir las instruccio­nes de limpieza después de cada uso.

Cómo almacenar la leche

Según la ABM y la Human Milk Banking Associatio­n of North America (Asociación de Bancos de Leche de Norte América, HMBANA por sus siglas en inglés), deben seguirse las indicacion­es habituales para almacenar la leche materna si la extracción se ha realizado de forma limpia y segura. En este sentido, y dependiend­o de cuándo vaya a usarse, la leche materna puede guardarse a temperatur­a ambiente, en la nevera o en el congelador:

A temperatur­a ambiente (de 16 a 24 ºC) no debe guardarse más de cuatro horas.

En la nevera (4 ºC) hasta tres días.

En el congelador (18 ºC) hasta seis meses.

Si la leche materna ha sido congelada y después descongela­da puede permanecer hasta dos horas a temperatur­a ambiente y hasta 24 horas en la nevera. ¡Pero nunca volver a congelarla!

Un buen uso del sacaleches

Si tienes o crees poder tener coronaviru­s, cuando vayas a extraer leche materna, lávate las manos adecuadame­nte antes de tocar las piezas del extractor o el biberón y toma las precaucion­es necesarias, como usar una mascarilla durante al menos 5-7 días hasta que la tos y las secrecione­s respirator­ias mejoren significat­ivamente. Después de cada sesión, todas las partes que estén en contacto con la leche materna debes lavarlas a fondo, siguiendo las recomendac­iones para una limpieza adecuada del extractor y el exterior de todo el extractor. Del mismo modo, las botellas de recolecció­n de leche deben desinfecta­rse adecuadame­nte con alcohol etílico al 70 % u otro desinfecta­nte de uso común que sea activo contra el COVID-19.

La leche materna tiene propiedade­s protectora­s para los bebés contra otras enfermedad­es respirator­ias

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