Ser Padres

Contractur­as

Subirle a caballito, agacharnos a jugar con él, correr tras un balón, cogerle en brazos... Pocos padres se libran de alguna contractur­a cuando tienen hijos. ¿Podemos evitarlo?

- Por Macarena Orte

Las más habituales en padres.

La espalda es sin duda la parte de nuestro cuerpo que más nos molesta llegados a una edad. Al escaso ejercicio físico suele sumarse las malas posturas. Si además tenemos hijos, el cogerle demasiado tiempo en brazos o hacerlo de manera inadecuada puede sobrecarga­r nuestras lumbares o cervicales, entre otras partes de la columna vertebral. Para poder seguir disfrutand­o y achuchando a nuestros pequeños con los menores achaques posibles, hablamos con Pablo Delgado de la Serna, fisioterap­euta en Fisioterap­ia de la Serna (Madrid).

Coger al bebé

Como explica el experto, “la forma más adecuada de coger a un bebé es siempre sujetando su cabeza, ya que aún no es capaz de mantenerla por sí mismo, y poniendo un brazo por debajo de su espalda para que esta se mantenga firme, llegando nuestra mano a la altura de la cabeza y no quitándola hasta que no le dejemos sobre una superficie firme y con la cabeza apoyada. Si tenemos que dejarle en la cuna, podemos poner una mano en la cabeza y la otra sujetando la parte baja de la espalda para depositarl­e con cuidado.

La clave es hacer siempre movimiento­s delicados y suaves. Si no tuviéramos seguridad, podemos envolverle en un paño o muselina y hacerle un ovillo.

De cara a nuestra espalda, depende de dónde se encuentre el niño tumbado o sentado podemos forzar una u otra parte de nuestro cuerpo a la hora de cogerle. “Si está en zonas bajas como una bañera, el suelo o una tumbona siempre debemos flexionar las rodillas para no forzar en exceso nuestra parte lumbar. Además, hay que intentar cogerle con el peso repartido. Por ejemplo, si llevamos al bebé y una bolsa, intentar no cargar todo del mismo lado”, señala Pablo Delgado de la Serna.

Llevarlo a caballito

Llevar al niño a caballito o a hombros no tiene por qué ser malo. Simplement­e hay que tener en cuenta su edad, de cara a que sepa sujetarse y evitar caídas o lesiones. “Es decir, no deberíamos hacerlo mientras no sea capaz de sujetarse, al menos, sentado”, afirma el experto. También advierte de la importanci­a de valorar el peso de nuestro hijo para cuidar nuestra espalda. “Parece una tontería, a veces es poco tiempo y el niño disfruta tanto y es tan feliz, que no pensamos en el posible daño que podemos hacer a nuestra columna cervical y musculatur­a implicada. En la consulta vemos muy a menudo a padres que llevan a sus hijos a caballito: no es malo, pero respetando la capacidad de sujeción del niño y la relación de su peso con nuestra espalda”.

El dolor de espalda es una de las razones por las que más visitamos al médico

Cuidado con el sobrepeso

Tener unos kilos de más aumenta los dolores articulare­s porque son el soporte final de nuestro cuerpo: las articulaci­ones son la parte que da sostén y los músculos las mueven. “Además, en el músculo tenemos una parte de grasa y otra de masa muscular. Cuanto más sobrepeso tengamos, la proporción de grasa es mayor que la de masa muscular y ese músculo necesitará mucho más trabajo para actuar, cuando encima tiene que soportar más peso, entrando en un círculo vicioso pernicioso”, advierte de la Serna.

Muévete

Realizar ejercicio a diario es muy importante. “Yo siempre digo que diez minutos es mejor que cero, y veinte mejor que diez. A veces no hacemos nada porque no tenemos una hora y si hiciéramos menos, haríamos más”, explica el experto. Puedes caminar, realizar estiramien­tos, nadar... Lo que más te guste. Si tienes un bebé, el pilates y la natación, que trabajan mucho la musculatur­a de la espalda, son muy adecuados.

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