Entrenándoles para la vida
Más que buenas niños, lo que todos los padres queremos es que nuestros hijos lleguen a ser adultos felices, sanos, más o menos educados, más o menos buenas personas, comprensivos, que se dediquen a algo que le satisfaga, con buenas relaciones, seguros... No hay una receta mágica para lograrlo puesto que cada uno tenemos nuestra propia historia personal, estilo, manera… y ellos nacen con su propio ADN. Además, debemos tener presente que los niños aprenden por imitación. Así que ¿criar a “un buen niño” implica también ser un “buen padre”? Yo diría que tratarles con cariño, respeto y confianza sabiendo que son personas siempre… Aunque no pesen más de 4 kilos o estén en plena rabieta por querer un móvil con 8 años es un buen principio. Y saber que no “son nuestros”. Que somos algo así como sus acompañantes y referentes durante un tiempo, pero que luego su vida es suya.