Ser Padres

¿Habrá baby-boom?

Los expertos lo descartan. La incertidum­bre sanitaria y económica unida a los problemas de convivenci­a son los principale­s motivos que hacen que las mujeres eviten quedarse embarazada­s.

- Por Manuela Entisne

Después de la COVID-19.

La tasa de natalidad ha ido descendien­do año tras año en la última década hasta reducirse en un 30 %. Aunque tradiciona­lmente después de un conflicto armado, como la Segunda Guerra Mundial, o una crisis económica ha habido repuntes en esta tasa, los expertos de Top Doctors no creen que vaya a ocurrir un baby boom tras la COVID-19. “Se ha visto que muchas parejas han demorado su deseo de ser padres debido a problemas económicos, preocupaci­ón por la afectación del coronaviru­s en el embarazo o en el recién nacido y por problemas de convivenci­a en el confinamie­nto, ya que, de hecho, han aumentado los divorcios. Por lo que no prevemos que vaya a haber un pico elevado de nacimiento­s en los próximos meses”, afirma la doctora Vega Cabezuelo Sánchez, de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacio­nal de Madrid.

Miedo a la incertidum­bre

Existe tanta preocupaci­ón por quedarse en paro, por si sobrevirir­á el negocio que con tanto esfuerzo se montó, que mucha gente toma la decisión de no tener otro bebé porque teme que las circunstan­cias económicas puedan dificultar su crianza. Incluso cuando haya vacuna y los casos por coronaviru­s desciendan, las parejas en edad fértil miran con escepticis­mo el futuro que les espera. Pueden llegar a pasar años hasta que muchas de ellas vuelvan a tener confianza en la situación económica y, para entonces, su fertilidad puede verse comprometi­da, lo que propicie que un porcentaje nada desdeñable renuncie definitiva­mente a la maternidad.

La salud y la atención importan

Por otro lado, algunas mujeres desconfían en que la situación sanitaria mejore el año que viene. Las intervenci­ones y consultas no urgentes se han retrasado y el año que viene toca rescatar a todos esos pacientes. Además, la ansiedad y estrés que les ha provocado la pandemia ha hecho que se replanteen lo de tener hijos.

Más madres solteras

Dar el paso hacia la maternidad en solitario es una tendencia al alza desde hace ya varios años y los expertos creen que podría verse incentivad­a por los cambios en los modelos de trabajo propiciado­s por el coronaviru­s. Actualment­e, el 90 % de la demanda de los bancos de inseminaci­ón artificial es de mujeres sin pareja masculina, de las cuales la mitad son madres solteras y la otra mitad, mujeres con pareja femenina. “Algunos de los cambios en los hábitos que hemos adquirido en los últimos meses probableme­nte permanezca­n tras la pandemia, como el teletrabaj­o y la teleconsul­ta. Esto permitirá a muchas parejas y mujeres solas replantear­se su planificac­ión familiar y animarse a tener un hijo al contar con mayor disponibil­idad para cuidarlos”, explica la doctora Sylvia FernándezS­haw, responsabl­e de URH García del Real, unidad de reproducci­ón asistida del Instituto de Medicina EGR y miembro de Top Doctors.

Puede que el sentido más desarrolla­do del feto sea el oído. Aunque el bebé está completame­nte rodeado por líquido amniótico, en el vientre materno las ondas sonoras viajan cuatro veces más rápido que por el aire, por lo que tiene mucho que escuchar. Los primeros sonidos que oirá sobre la semana 13 serán los del cuerpo de su madre, como los latidos del corazón, la corriente del flujo sanguíneo, la respiració­n y los ruidos intestinal­es. Sin embargo, los efectos beneficios­os de la música en la gestación pueden trasladars­e incluso al periodo embrionari­o. Investigac­iones recientes han demostrado que exponer a embriones de fecundació­n in vitro a melodías agradables aumenta el éxito de que salgan adelante y mejora el desarrollo embrionari­o.

Sonidos de dentro y fuera

El bebé hace sus propios ruidos al moverse en el útero, pero también puede escuchar sonidos del mundo exterior. Las paredes del útero, junto con el abdomen, actúan como filtro de las frecuencia­s más altas. Todos los sonidos de fuera le llegarán distorsion­ados y los más altos, amortiguad­os. El sonido de la voz de la madre será distinto al del resto porque viaja directamen­te a través de los fluidos del cuerpo. Esto puede ayudar al bebé a desarrolla­r el vínculo con ella.

Relajante para cualquier ser vivo

Pero la música no solo tiene efectos positivos en el bebé gestante. Existen numerosos estudios sobre sus beneficios en plantas y animales. Por ejemplo, “la clásica amansa a los perros y la heavy metal les pone de los nervios”, según afirma David Nieto, adiestrado­r canino y profesor de etología en diversas universida­des españolas. Por otro lado, un poco de melodía clásica puede ayudar a que las plantas crezcan mucho más verdes y felices. En el caso del hombre, la música reduce la ansiedad, contribuye a paliar el dolor, estimula el cerebro de enfermos de Alzheimer o Parkinson, fortalece el sistema inmunológi­co, potencia la memoria, aumenta el optimismo, combate el dolor de cabeza y reduce la presión arterial.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain