Entrevista
Sara Traver, asesora infantil.
Desde que empecé con mi aprendizaje en asesoría de lactancia descubrí lo mal que pueden llegar a dormir muchas familias, lo cual me llevó a investigar y estudiar hasta llegar a desarrollar mi propio método para acompañarles y ayudarles a descansar mejor. A través del libro quería llegar a la mayor gente posible para poder acompañarles en ese proceso y que pudieran encontrar herramientas prácticas con las que mejorar, y sobre todo comprender, el sueño de sus hijos.
¿Cómo se puede ayudar a los padres con el sueño de sus hijos?
Cada caso es necesario analizarlo de forma totalmente personalizada. No hay fórmulas mágicas que vayan a resolver las noches, pero si analizamos los patrones de siestas, despertares, alimentación, etc., de esta manera, podremos ir descubriendo cuál es el factor o factores que están afectando para que no enlacen los ciclos de sueño con facilidad y abordarlos para mejorar el descanso de todos.
Actualmente, existen muchos métodos para intentar que los bebés y niños se duerman. ¿Cuál crees que es la mejor manera de hacerlo?
El método que yo he desarrollado es propio y digamos que está diseñado a partir de otros basados en el respeto por las necesidades de los niños. Mis conocimientos en lactancia y alimentación me aportan una visión completa y, a partir de ahí, el seguimiento es imprescindible para ir ajustando cualquier situación que pueda darse. Además, verte acompañado y escuchado es totalmente clave para sentir que vas por el camino correcto.
¿Qué opinas sobre dejarles llorar?
Que no es la solución en absoluto. Es cierto que durante un proceso de aprendizaje podemos tener episodios de llanto, a través del mismo expresan no solo dolor, sino descontento, frustración y enfado, y lo que tenemos que hacer es acompañar plenamente esas emociones. Si tu hijo llora porque estás abordando una situación que os entraña dificultad, que sea siempre en tus brazos, nunca les dejes llorar.
¿Qué actividades previas a meterlo en la cama son las más adecuadas?
Hay algunas acertadas e, igual de importante, otras que no lo son en absoluto. Reserva al menos las últimas horas del día para eliminar estímulos audiovisuales, juguetes musicales, etc. Así, le irás induciendo a la calma. Para acabar el día, leed unos cuentos, realizad puzzles sencillos o
actividades que le tranquilice y le gusten. Los últimos minutos del día deberían ser en su dormitorio, con luz suave, quizá algo de música tenue, y un adulto calmado que le ayude en su descanso.
¿Qué otras técnicas solemos olvidar que son importantes?
La luz, la temperatura y que el espacio donde va a dormir sea un lugar que invite al descanso son muy importantes. También, llevar un control del sueño diurno, tan relevante como el nocturno, después de un día de buenas siestas, aumentan las probabilidades de una noche tranquila.
¿Cómo combatir el “le da miedo dormir solo”?
Con amor. Un niño que tiene miedo a dormir solo necesita compañía. Si consideramos que ha llegado el momento de que lo haga, nunca podemos forzar la situación o quitarle importancia, siempre es mejor dar seguridad, ofrecer contacto y, poco a poco, ir tomando distancia.
¿En qué consisten los talleres de sueño que impartes?
A través de ellos explico de manera clara y práctica cómo desarrollar un plan de sueño y doy pautas para comprender mejor las posibles dificultades que puedan estar atravesando los niños y cómo ponerles remedio.
También eres una defensora de la lactancia materna. ¿Cómo ayudas a las madres que les duele dar el pecho?
En mi trabajo de asesoría de lactancia procuro empoderar a la mujer y ayudarla a que tenga las herramientas que necesite a su alcance para que su lactancia se exitosa. Lamentablemente, una parte del sistema sanitario no está todavía preparado para dar este soporte y las madres necesitan conocimiento, apoyo y solución a los problemas que puedan surgir.
¿En qué consiste el
Esta es mi otra gran pasión. La alimentación complementaria basada en la introducción temprana de sólidos es un método que ha adquirido mucho protagonismo en los últimos tiempos. A través del BLW, los niños exploran la comida con sus manos y van descubriendo sabores, texturas y desarrollando destrezas desde que empiezan a comer más alimentos que la leche materna. Es un método con muchos beneficios a nivel psicomotor.
¿Cómo y cuándo introducírselo a nuestro bebé?
Se inicia a partir de los seis meses, cuando el niño cumple ciertos requisitos, como sentarse erguido sin ayuda, controlar la coordinación ojo-mano-boca y tener interés por la comida. La idea es ofrecer los alimentos sin presión y poco a poco para que los vaya conociendo y aceptando.
¿Cómo podemos intentar los padres no perder los nervios y dar todo el cariño que necesitan nuestros hijos en la pandemia que estamos viviendo?
Ser padres es muy intenso y creo que debemos leer y aprender y, después, con la información en la mano, decidir para tener una crianza consciente. Somos los responsables de la generación del futuro y tenemos que criar a niños y niñas fuertes, seguros y empáticos. La mejor forma de conseguir todo esto es desde el amor, el respeto y la paciencia. Y cuando no sepamos por dónde seguir, la mejor solución es buscar la ayuda de un profesional.