Desde el primer día
Existen estudios que indican que el hidratar la piel desde el primer día de vida, especialmente en aquellos bebés que tienen antecedentes familiares de piel atópica, reduce el riesgo de padecerla. No solo es importante la hidratación en sí, sino cómo se realiza. Debe suponer un momento de placer y relax, de miradas y sonrisas.
La costra láctea
Es una dolencia inflamatoria de la piel que afecta al cuero cabelludo del recién nacido y puede extenderse al rostro. “Es una afección muy común que no produce dolor ni picor y suele desaparecer por sí sola. Para regular la descamación podemos usar champús y lociones específicas”, aconseja Reme Navarro de Mifarma.
El cordón umbilical
Es esencial mantener la zona del cordón seca y limpia. Para hacer las curas diarias, tan solo es necesario contar con alcohol de 70º y gasas estériles.
Las cremas y lociones hidratantes aportan agua, por lo que favorecen el equilibrio de la piel del bebé. Por su parte, las cremas emolientes actúan como tratamiento, por ejemplo, para calmar las irritaciones en la zona del pañal. Esta es especialmente sensible y para evitar irritaciones hay que tener mimos extra. “Tras limpiar el culito, y antes de colocar un nuevo pañal, debes asegurarte de que todos los pliegues están secos. Así evitarás la dermatitis del pañal, una reacción que produce enrojecimiento de la piel que se puede tratar con cremas emolientes”, indican desde Mifarma.