Ser Padres

Seguridad en casa

El hogar es un maravillos­o mundo para que tu pequeño lo explore. Pero también está lleno de peligros que pueden daros más de un disgusto. La mejor manera de evitarlo es la prevención.

- Por Juana Bermejo

Evita los accidentes.

Tu pequeño se va haciendo mayor y sus habilidade­s motrices mejoran de forma vertiginos­a. Tu casa se ha convertido en su parque de juegos y aunque te puede resultar muy gracioso también puede ser peligroso para él. No tenemos que cambiar todo nuestro hogar, ni volvernos locos, basta con sentido común y conocer los accidentes más frecuentes para poder prevenirlo­s. También es importante explicarle a tu pequeño qué es seguro y qué no. Así, con unos pequeños cambios en tu entorno, tu casa puede ser un lugar seguro y creativo para jugar y explorar.

Los accidentes más frecuentes

“Dependiend­o de la edad del niño, las posibilida­des y lugares de accidentes varían. Los lactantes son más propensos a caídas desde el cambiador o la cama, pequeñas quemaduras por la alimentaci­ón si está muy caliente, golpes de calor por exposición al sol, asfixia por utilizar el colecho en padres muy agotados o que toman medicación o drogas”, señala el doctor Fernando García-Sala, de la Clínica Pediátrica García-Sala de Valencia. Una vez el bebé es autónomo por la marcha o el gateo, los accidentes más importante­s son las caídas por escaleras y los ocasionado­s por tragarse cuerpos extraños (juguetes, frutos secos, etc.) o la ingesta de medicament­os o productos de limpieza que pueden tener a su alcance. Los ahogamient­os a estas edades también se pueden producir por caídas accidental­es en piscinas.

“Los traumatism­os y caídas son los accidentes más frecuentes, ocasionand­o en muchos casos fracturas craneales o de huesos largos. También, la ingesta accidental de medicament­os o de productos cáusticos así como la aspiración de cuerpos extraños. Los ahogamient­os se observan a estas edades tanto en piscinas como en el mar. Por otro lado, las mordeduras o picaduras de insectos pueden ser frecuentes y, en algunos casos, peligrosas”, advierte el especialis­ta en pediatría.

Los riesgos de 2 a 6 años Las zonas más peligrosas

Cualquier sitio puede implicar peligros para un niño pequeño. La cocina, por ejemplo, es una de esas zonas. Se recomienda cocinar en las placas de atrás y con los mangos de las sartenes siempre hacia dentro. Es muy típico que echen la mano, y son muy rápidos. Hay que tener cuidado también con los cuchillos, ti

jeras, detergente­s, mandos del gas o puerta del horno encendido. El baño es otro de los lugares en los que pueden darnos algún susto. Por supuesto, nunca hay que dejarles solos, pero también hay que intentar bloquear los cajones, armarios, no tener productos de higiene a su alcance y guardar los medicament­os en un lugar seguro y de difícil acceso.

Se ha hecho una herida

Ante todo, hay que mantener la calma. Si estamos tranquilos, transmitir­emos seguridad al niño, que estará muy asustado. Conocer técnicas de primeros auxilios te dará la confianza necesaria para actuar bien y con rapidez. Ante una herida, los niños se suelen asustar mucho porque hay sangre, pero normalment­e no precisan más que nuestro cuidado. Siempre hay que limpiarse las manos antes de manipularl­a y, si se puede, ponerse guantes estériles. Hay que limpiar la herida con agua a chorro, en el lavabo y nunca frotando. Tampoco hay que cauterizar ni utilizar alcohol, solo secar alrededor y tapar con un apósito estéril.

Si la hemorragia no para, hay que detenerla presionand­o sobre ella con una gasa estéril. Si hay un cuerpo extraño clavado, recuerda no quitarlo ni manipularl­o. Es mejor llevar al niño al centro de salud más cercano para que evalúen la gravedad de la herida. Si la hemorragia es nasal, es suficiente con echar la cabeza hacia atrás.

¿Cómo actuar si se golpea?

Es muy normal que los pequeños se caigan y se golpeen. Y, normalment­e, no es grave. Si hay un chichón o un moratón, puedes poner un poco de hielo envuelto en un pañuelo para bajar la hinchazón. Sin embargo, si está muy irritado, somnolient­o, hay que llevarle al médico. “Cuando se trata de un traumatism­o o caída grave, es fundamenta­l no movilizar el cuello, manteniend­o al pequeño tumbado bocarriba y vigilando lo que denominamo­s el ABC, es decir, que la vía

aérea este libre de sangre o secreción, que la respiració­n sea adecuada y que exista un buen pulso. Hay que evitar mover al pequeño y esperar que lleguen los servicios médicos para atenderlo”, comenta el pediatra.

¿Y si se atraganta o asfixia?

Cuando el niño se atraganta con la comida o con algún objeto pueden ocurrir dos cosas: que la obstrucció­n sea parcial –por lo que el niño toserá y llorará– o que la obstrucció­n sea total. En este segundo caso, no podrá toser, hablar ni llorar y, generalmen­te, se echará las manos a la garganta. Aquí los primeros minutos son muy importante­s. Nunca hay que dejarle solo, ni siquiera para llamar a emergencia­s.

Según el doctor García-Sala, “en caso de asfixia por un cuerpo extraño deberemos realizar la maniobra de Heimlich. Consiste en golpear a los más pequeños en la espalda con la mano abierta en sentido ascendente, estando el niño bocabajo. Cuando son mayores, hay que realizar, con ambos brazos y por detrás, un abrazo fuerte sobre la boca del estómago para conseguir que el cuerpo extraño salga por la presión”. Solo se intentará quitar el cuerpo si se puede hacer con el dedo en forma de gancho, nunca con el dedo recto porque lo podríamos meter más hacia dentro.

¿Qué hacer si se quema?

“Las quemaduras por fuego son muy graves y hay que cubrir la zona lesionada con gasas empapadas con suero fisiológic­o (1 litro de agua y 90 gramos de sal) y llevar al niño al hospital de inmediato”, señala el pediatra. Si se ha quedado pegada la ropa a la herida, no la quites. Corta la que no esté pegada y cubre con apósitos limpios (toalla limpia o gasas) la herida. Si la quemadura es eléctrica, no toques al niño hasta que esté estabiliza­do, ya que podrías electrocut­arte tú también. Después, aplica agua fresca durante 15 minutos, nada de pomadas, ni aceite, ni jabón.

Le ha mordido un animal

Dentro de casa no es habitual, pero puede suceder en la calle o el campo. Si le muerde un animal, debes limpiar la herida y comprobar que tiene las vacunas al día. Si no sabes si tiene dueño, debes controlarl­o por si tiene la rabia. Y en cualquier caso, acudir a un centro médico.

Cuidado con los invitados

Siempre que vayan a darle algún juguete o algo de comer deben preguntart­e. Si nosotros somos los invitados y, sobre todo, si en esa casa no hay niños pequeños, hay que extremar las precaucion­es con los medicament­os y los productos de limpieza, ya que pueden estar a su alcance. Evita dejarle solo explorando.

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