Nuestra pareja, nuestra prioridad
Muchas personas no entienden que la maternidad o paternidad es algo además de la pareja, es decir, no la sustituye. Siempre que hay cambios en nuestra vida, y la llegada de un hijo es uno de los cambios más radicales que podemos vivir, se necesita un periodo de adaptación, pero con intención. Esto lo que quiere decir no es, ni más ni menos, que tenemos que ser conscientes de que nuestra vida va a cambiar drásticamente, pero necesitamos poner atención en hacer hueco en nuestra nueva vida a las cosas que son importantes para nosotros, como es la pareja, lo que conlleva hacer un esfuerzo para no dejarnos llevar por el cansancio y el estrés y mantener un poquito de llama viva en la relación. Antes de meternos de lleno en la aventura de la maternidad o paternidad, debemos hacernos preguntas tales como si nosotros, como pareja, sabremos adaptarnos a esa nueva vida, si hemos sido capaces de crear ese nido y, por supuesto, si las respuestas son negativas tratar de solucionarlo para poder tener bases sólidas para la creación de una familia en la que todos sus integrantes puedan sentirse plenos. Obviamente, esto no garantiza que todo vaya a ir genial, pero si la pareja sabe comunicarse y solucionar, como equipo, los problemas es mucho más factible que cuando surjan nuevas situaciones las puedan superar juntos.
La paciencia, el apoyo, el cariño, la empatía, la simpatía, la capacidad de trabajar en equipo, la capacidad de asumir responsabilidades y el humor son algo fundamental en la pareja, pero con la venida de los peques se hacen más necesarias que nunca. Si estás pensando en tener un hijo, ¡empieza a practicarlas si no lo haces ya!
¡Ah! Y recuerda que buscar tiempo para vosotros no es ser egoístas, sino darte y dar a tu familia tiempo de calidad, lo que también transmitirás a tus peques. Si tú te sientes pleno y feliz, tu familia también estará plena y feliz.