El Príncipe brilló con luz propia
La carrera de coches fue un monólogo de Nasser Al-Attiyah, quien se aprovechó de los problemas de sus rivales
Nasser Al-Attiyah se ha reivindicado este año con una carrera impecable, de principio a fin, logrando su segunda victoria en el Dakar y la cuarta consecutiva de Mini. Ganador de la primera etapa, Al-Attiyah perdió el liderato por una sanción por exceder el límite de velocidad en el enlace, aunque ello no tuvo una gran incidencia sobre la carrera del catarí.
Era su año y lo dejó bien claro desde el principio, provocando también un cisma entre el equipo X-Raid y Monster, patrocinador del equipo oficial, mientras que Nasser como piloto cliente lucía los colores de Red Bull, la competencia y ello provocó diversas situaciones de conflicto a lo largo de la carrera. Al-Attiyah se aupó definitivamente
El catarí le da a Mini su cuarta victoria consecutiva en la categoría de coches
al liderato en la segunda etapa, tras la primera de cinco victorias parciales, que refrendan su dominio en este Dakar, y ya no lo dejó hasta el final.
Con el resto de la escuadra Mini fuera de juego desde el principio y con los Peugeot aún muy jóvenes, su rival más directo fue el sudafricano Giniel de Villiers, menos rápido tal vez, pero con una impresionante regularidad. El piloto de Toyota, segundo en Buenos Aires, le mantuvo en vilo hasta las últimas etapas. “Es un momento muy especial. Hemos dominado desde el principio la carrera y hemos podido controlar la ventaja. He llegado muy bien preparado a este Dakar, física y mentalmente. Tengo ganas de más”, explicaba Al-Attiyah después del podio.