Las PB Les Corts y Linyola, unidas por el sentimiento culé... y la gastronomía
■El
programa ‘Conèixer Catalunya’ de la PB Les Corts vivió un nuevo capítulo. En esta ocasión, casi noventa socios de la penya barcelonesa se trasladaron a las Terres de Ponent para palpar ‘in situ’ su cultura, sus motores económicos y, claro está, su gastronomía. El colofón fue, esta vez el acto de hermanamiento con la PB Linyola, que concluyó, como no podía ser de otra manera, con una espléndida ‘cargolada’. La primera parada fue en Cervera donde los expedicionarios visitaron la famosa Universidad, con un excepcional guía... de 87 años, todo vitalidad, que, aparte de mostrar todos los rincones del edificio, explicó detalladamente los avatares de la contro- vertida historia de la capital de la Segarra. La gente de Les Corts se dirigió, seguidamente, a Agramunt, para conocer la historia de la industria del turrón catalán que, después de pasar una gran crisis, ha experimentado un enorme crecimiento y hoy ya tiene una cuota de mercado estatal del 16 por ciento. Visitaron las instalaciones de la marca líder, Turrons Vicens y su famoso Museu del Torró i la Xocolata. Y de ahí enfilaron rumbo a Linyola. En la sede de la penya local les esperaban y diversos directivos y socios de la entidad.
Primero se llevó a cabo el acto de hermanamiento, con parlamentos de los dos presidentes, el anfitrión Carles Paul y Antoni Blanchart, de la PB Les Corts e intercambio de recuerdos. La penya del pueblo de Josep
Maria Fusté y Bojan Krkic regaló a los visitantes diversos productos del Jardi de les Olors, muy en boga hoy en día y la de Les Corts, unas tazas conmemorativas de la jornada de ‘germanor’. Después se sirvió un aperitivo. Y llegó la hora de la ‘cargolada’, tan típica en estas comarcas. Y, cómo nó, el Pla d’Urgell tiene alguna especialidad típica que pudieron degustar los peñistas gracias a los cocineros del Restaurant Amoca. Amén de los caracoles se sirvieron otros platos como ‘xatonada’, bacalao a la ‘llauna’, costillas de cordero o pies de cerdo. Y vino y cava, con el que se inició el brindis. Y con el regusto de haber vivido una completa e intensa jornada, los casi noventa peñistas de PB Les Corts regresaron a casa bien entrada la tarde.