Leo se queda sin Cristiano
Durante los últimos nueve años, la Liga ha sido un duelo épico entre Messi y Cristiano. Una guerra futbolística sin cuartel en la que el Barça ha salido ganando: seis títulos por dos del Madrid. Los dos mejores jugadores del mundo han acaparado la atención mediática y los Balones de Oro, retroalimentándose en la excelencia hasta límites insospechados. Ha sido una batalla épica por la hegemonía mundial. Un cara a cara que ha hecho correr ríos de polémica y que ha llenado horas de tertulias televisivas. El fútbol español ha salido, sin duda, beneficiado de este duelo que ahora ha tocado a su fin. Porque el crack portugués, huyendo de Hacienda, se ha refugiado en el Calcio y en los millones de la Juventus. Y lo ha hecho, además, dejando al Madrid sin líder, porque Florentino ha sido incapaz de encontrarle un recambio. El presidente blanco nunca fue ‘cristianista’ y celebró casi como una victoria la marcha del delantero portugués. Lo que no calibró es que, a pesar de todos los pesares, Cristiano es una bestia competitiva que el Madrid encontrará mucho a faltar. Como ya se demostró en la Supercopa de Europa. Ahora, Florentino pagará el gusto y las ganas para fichar un crack que cubra el vacío dejado por el portugués. Y debe hacerlo en menos de dos semanas... Una misión casi imposible. Sin el duelo con Cristiano Ronaldo, Messi se ha quedado sin contrincante, como el único rey de la Liga. Porque Griezmann, la estrella del Atlético, no está a la altura del crack argentino. Y ninguno de los fichajes que se han llevado a cabo este verano pueden ensombrecer la magia del blaugrana. Todo parece indicar, pues, que el reinado del Barça en la competición va a seguir. Y el Atlético, mucho mejor reforzado hasta ahora que el Madrid, se presenta como el principal rival en esta maratón futbolística. Aunque el favorito sin discusión es el conjunto de Valverde, que ha suplido la baja de Iniesta con talento (Arthur) y músculo (Arturo Vidal).
Está claro que la Liga no tiene el glamour de la Champions. Ni el impacto internacional. Pero es un torneo muy difícil de ganar. Aunque el Barça, en la última década, parece que lo ha convertido en una costumbre. Ganar la Liga es ser el mejor durante 38 jornadas. Demostrar un nivel extraordinario durante diez meses. Y luchar para ganar en campos en los que da pereza incluso jugar. El Barça lo ha hecho muy bien durante todos estos años. Mejor que nadie. Y esta temporada, por supuesto, quiere repetir. Aunque, como dijo Messi en su primer discurso como capitán, la prioridad esta campaña (más que nunca) es la Champions.