Salía de noche, pero nunca probaba ni una gota de alcohol

▄ Romario tenía una manera de actuar única. Era realmente singular y lo tenías que aceptar tal y como era. No seguía las pautas que podemos considerar normales, pero a él le iba bien. Por ejemplo, su horario no tenía nada que ver con el del resto. Su ritmo iba totalmente cambiado. Se acostaba tarde y luego dormía por la tarde. Por la noche salía y se lo pasaba fenomenal. Ya tenía el día para descansar una vez había terminado el entrenamiento.

Primero salía por Barcelona, pero más tarde conoció al hijo de un constructor de Sitges y llegó la segunda fase. Trasladó su radio de acción a la costa. Salía de fiesta, pero no bebía nada. Solo agua. No probaba ni una gota de alcohol. Romario se lo pasaba bien sin tener que probar ni tan siquiera una cerveza. Un ejemplo de que era abstemio lo vimos en la celebración de la Liga. El club organizó una cena en la planta alta del Princesa Sofía y Romario, por un día, bebió un poco de cava. Le sentó tan mal que cayó en redondo. No estaba para nada habituado y lo tuvieron que llevar a la cama.