La decisión De Ligt
▄ No había dudas. Ni en el cuerpo técnico, ni en el área deportiva ni en la directiva: De Ligt era un fichaje estratégico y absoluta prioridad para el Barça este verano. No era que el equipo necesitara imperiosamente un central para el nuevo proyecto, pero el holandés era una oportunidad de mercado para abastecerse de un defensa especialista para los próximos años. Tras cerrar el fichaje de De Jong, el club se lanzó en tromba a por De Ligt y la ofensiva dejó el acuerdo a punto de firma. Pero De Ligt no tiene el mismo agente que De Jong y decidieron esperar, conscientes de que cada semana podía subir su cotización. Cuando el Barça insistía se daban largas y, finalmente, llegó la petición de renegociar las condiciones económicas. El Barça valoró seriamente dar un golpe encima de la mesa y pagar, pero finalmente se consensuó no subir la oferta y plantarse. Fue un órdago que parece que no acabará bien, pero también un aviso a navegantes. El Barça no enloquecerá esté como esté el mercado y está dispuesto a sacrificar a De Ligt a pesar del coste de imagen en el entorno. Si al final no viene y se filtra su nuevo sueldo, quizás no se criticará tanto.
Lo que sí conllevará la decepción De Ligt es una mayor presión al área deportiva para cuadrar los fichajes. Habrá más dinero, pero también más exigencia y ya no cabe duda que arriba llegará un delantero de renombre mundial. Y aquí no se fallará a pesar de que la factura puede ser alta. De Jong, el delantero y un lateral izquierdo comprado pintan a únicos refuerzos si no viene De Ligt.
La clave: el Barça consensuó no subir la oferta final hace un mes a pesar de todas las presiones