Neto por Cillessen, pan para hoy y hambre para mañana
Ala espera de que se haga efectivo el intercambio de porteros entre el Barça y el Valencia, no hay argumentos deportivos que justifiquen dejar marchar a Cillessen para acoger a Neto. Son coetáneos, el brasileño -a pesar de sus dos buenas temporadas en Mestalla- no es mejor que el holandés y, sobre todo, es cuestionable que se adapte a la mecánica de salida de balón barcelonista, en que la capacidad con los pies del guardameta tiene mucho más peso que en la del Valencia.
En consecuencia, al margen de la voluntad de ambos arqueros de cambiar de aires, el móvil del trueque hay que buscarlo en los balances económicos. Sin que se mueva un euro, las cuentas de ambos clubs reflejarán íntegramente el ingreso del traspaso y sólo una parte -la correspondiente a la amortizacióndel fichaje. De modo que Cillessen, que hace unos meses se proyectaba como una pieza cotizada para hacer caja y afrontar otras inversiones, no dejará más que maquillaje en el balance. Ingeniería contable o, dicho de otro modo, pan para hoy y hambre para mañana.
Un síntoma inequívoco, uno más, de que la economía del Barça chirría, y la constatación que ni se han planteado apostar por algún portero de la casa -Iñaki Peña ha ejercido las veces de tercero- cuando la plantilla tiene otras necesidades mucho más prioritarias. Todo sea porque los números no salgan en rojo.