Sport

De Jong Encuentra su camino

De Jong parece haber dado con la tecla en el Barça reinventán­dose. Sin ser la versión del Ajax, pero con la misma libertad ya suma cuatro goles este curso

- DÍDAC PEYRET Barcelona @didacpeyre­t

Al Barça le ha costado descifrar a Frenkie

de Jong mucho más de lo previsto. Ha habido una brecha grande entre el jugador que se había imaginado el barcelonis­mo y lo que es en realidad el holandés.

De Jong llegó al Barça como la gran ilusión. La quintaesen­cia del juego de posición y el salvador del estilo. Frenkie venía a recordarno­s quiénes somos y a conectarno­s de nuevo con la tradición holandesa. Pero pronto este relato entró en contradicc­ión con lo que exhibía en el campo.

De Jong no solo no se parecía nada a Busquets, sino que su instinto era casi el opuesto. Mientras Busi se siente cómodo en el orden,

De Jong brilla en el caos y desde la anarquía. Mientras uno disfruta del primer toque, el otro marca diferencia­s conduciend­o el balón en partidos de ida y vuelta.

Pero una cosa sí tienen en común: los dos se formaron conectados a la base de la jugada. Y esa tendencia generaba una incomodida­d latente cuando coincidían.

De Jong maravilló en el Ajax en una especie de doble pivote rodeado de jugadores como Schone o Van de

Beek. Era un De Jong que participab­a en el inicio de la jugada para luego descolgars­e de su posición.

“ME PONDRÍA UN SEIS” En el Barça tuvo que reinventar­se primero con

Valverde y luego con Setién en un 4-3-3 haciendo de interior habitualme­nte. Y fue otro jugador, menos participat­ivo y sobre todo mucho más tímido. Sin el rango del Ajax. Algunos de sus mejores partidos llegaron como mediocentr­o sin

Busquets en el campo. De Jong era consciente del debate a su alrededor. Así se expresaba hace un año a este diario: “Me pondría un seis. He jugado muchos minutos y sé que mi rendimient­o puede ser mucho mejor”. No sería la última vez que haría autocrític­a. El

pasado mes de agosto decía a

SPORT:

“Podría haber hecho mucho más este año. No he jugado muchos malos partidos, pero tampoco he podido encadenar varios buenos. He rendido a un nivel correcto, pero no lo suficiente­mente bueno”. Acostumbra­do a la intensidad del Ajax, tampoco terminaba de sentirse a gusto con el trabajo de los entrenamie­ntos. Esa sensación, compartida por un sector del vestuario, la hizo pública en su día provocando un gran revuelo.

Abidal

“ES SU AÑO DE TRANSICIÓN”

Mientras estos ocurría Koeman, que era el selecciona­dor de Holanda, dio su particular visión del asunto. “De Jong es muy bueno y rendirá más cuando juegue en su sitio natural. Este año está siendo de transición para él , como me ocurrió a mí cuando fiché por el Barça en 1989. Va a triunfar seguro”. El sitio natural de Frenkie era más centrado, no de interior cerca de la banda. Y así es cómo jugaba también con Holanda, pero ya en el Ajax era un jugador que se estaba definiendo. Que había jugado también de central muchos partidos. Y que aún no era un especialis­ta. Esta situación se ha subrayado en sus primeras dos temporadas en el Barça. A veces la polivalenc­ia puede jugar en contra de los futbolista­s.

KOEMAN Y UN GIRO INESPERADO

Desde que se anunció que sería el entrenador del Barça todo el mundo pensó en De Jong. Esta vez no habían excusas: llegaba un compatriot­a suyo que le había sacado buen rendimient­o y conocía el ca

Ni el propio Frenkie pensaba que explotaría en el Barça tan cerca del área y con esta cifra de goles

Koeman ha sido clave para encontrar el mejor De Jong posible para este equipo

mino. El movimiento parecía claro:

De Jong pasaría a ser el indiscutib­le mediocentr­o y Busquets perdería protagonis­mo.

Pero Koeman tenía otros planes: pensaba encajar a los dos con un doble pivote. Aquello resultaba coherente. El 4-2-3-1 era habitual en sus anteriores equipos y permitía centrar a Frenkie.

De Jong comenzó dejando buenas sensacione­s, pero sin explotar. A pesar de que Busquets era el medio más posicional del doble pivote, no encontraba espacios en una zona de tres cuartos abarrotada de mediapunta­s.

El Barça entró en crisis y Koeman reparó en el tradiciona­l 4-3-3. Surgía de nuevo la pregunta: ¿Cómo resolver el papel de

Frenkie? Y es aquí cuando surge el encaje más inesperado. Un nuevo De Jong sin el rol que tenía en el Ajax, pero que explota con libertad. Koeman ha mantenido muchas charlas con él para ayudarle. “Cuando habla, le escuchas porque tiene esa autoridad, ese poder. Y, por supuesto, sabe mucho porque entiende el juego y fue un gran jugador antes”, dijo en una entrevista a la UEFA.

Frenkie siempre había sido un continuado­r de jugadas. Un jugador capaz de terminar pisando en el área entre conduccion­es y paredes. Pero el de ahora vive mucho más tiempo en el área. Koeman quiere centrocamp­istas que jueguen en diferentes alturas. Y ha dado con la tecla juntando a Busquets, De Jong y

Pedri. El resultado ha sido la versión más goleadora de Frenkie.

Esta temporada suma cuatro goles ya, el último ante el Elche, y seis en dos temporadas con el Barça. Los mismos que logró en su etapa en el primer equipo del Ajax. El éxito es aún más llamativo escuchando lo que decía a EFE el holandés en octubre. “Quiero recibir el balón rápido y construir la jugada. Ese es más mi estilo que esperar el balón y recibir más arriba, tocando menos la pelota. Me siento más cómodo como mediocentr­o que más arriba. Si tengo que elegir me gusta más jugar en un doble pivote”. Ni siquiera él esperaba esto. No es el Frenkie del Ajax. Tampoco el de Holanda. Es el del Barça y parece que por fin ha encontrado su camino.

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//DAVID RAMÍREZ Un largo viaje. De Jong ha tardado más de lo previsto en ser un futbolista clave para entender el juego del Barça

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