Koeman y la gestión de ‘sus’ activos del club
En tiempos opacos, se agradece la transparencia. Pongo en valor a los y las que no se esconden, que no posturean y que apechugan con lo que hay, aunque le paguen por ello. El contrato de Koeman tiene varias cláusulas pero la de la sinceridad, como la del valor en la `mili', se le suponía. Y la cumple con creces. Que sabía que llegaba a un barco casi a la deriva, estaba claro. Que le iba a tocar finiquitar a jugadores como Luis Suárez, que cojo, gordo y no sé cuántos tremendos adjetivos más le han dedicado allá y aquí, lleva sumando goles en el equipo que apunta a campeón de Liga, también. Que no iba a llegar Depay y algún fichaje más pedido casi de rodillas, lo asumió de malas pulgas. Que Messi fuera a decir adiós y después se quedara, poniéndole la puntilla al verano más caótico vivido por el barcelonismo, por el club y el propio Koeman, eso ya se le escapaba al holandés pero no mostró debilidad. Que la situación económica de la entidad era tan crítica, la intuía sumando todos los `noes' recibidos desde que llegó al Barça, pero desconocía los detalles. El lunes hizo números y el martes, ecuaciones de primer grado en la rueda de prensa. No hacía ni tres días que había dicho que “nos falta gente”, `mantra' que repite cada vez que tiene ocasión. Pues ahora ya sabe lo que hay o, mejor dicho, lo que no hay al céntimo.
LOS OTROS NÚMEROS
Llegaba la auditoría mientras nos congratulábamos de los `brotes verdes' y de esos triunfos a domicilio que el equipo iba sumando a la par que jugadores como De Jong crecen y hacen crecer. Una buena racha que, lejos de la prepotencia de algún equipo de la capital, se vive con contención. Han sido victorias sobrias, de poco brillo, pero que ayudan a sobrellevar un presente complejo y un futuro inmediato de supervivencia y de salidas más que de llegadas. A Koeman le toca aparcar el `mantra', darle gas al equipo, valor a los que lo valen y exigirles como activos del club que son.
▄ Estaba claro que el holandés sabía que llegaba a un barco casi a la deriva