El clavo ardiendo es Leo Messi
▄ ABONADO A SER UN EQUIPO con dientes de sierra, esta vez el Barça dio la cara. Jugó bien, dominó y ganó con autoridad en Sevilla. El peaje no fu barato: perdió a Pedri por lesión. Apareció Dembélé, brilló De Jong y Ter Stegen fue un espectador. Notable alto. La matrícula de honor, para el de siempre. Descubrir a Messi es como descubrir el fuego. Y sin embargo, ahí arden los analfabetos futbolísticos que sostenían que el Barça jugaba mejor sin él y que era el gran problema del club. Lleva 14 tantos en 14 partidos y ha participado en los 11 últimos tantos del equipo. Por más que los agoreros insistan en que está acabado, Messi es el clavo ardiendo al que se aferra un socio que quiere ilusionarse, que espera remontar en
Copa y que anhela un presidente.
JOAO MANDÓ CALLAR. Venían curvas y Simeone puso el pecho. Dijo que confiaba en sus futbolistas, que tenía un plan y que su verbo era trabajar. Su equipo sufrió de lo lindo, pero ganó en Villarreal, puso tierra de por medio y se curó las heridas. El autogol de Pedraza tras cabezazo de Savic y el gol de Joao Félix valen su peso en oro. El luso mandó callar y el líder ganó donde otros creían que fallaría. Siguiente estación: Real Madrid.
IMPOTENCIA. Impotencia y dolor. Los ojos de Paulista se llenaron de lágrimas cuando le preguntaron qué se sentía de pasar de luchar por la Champions a luchar por no descender. “Este escudo y este club se merecen mucho más”. Tras ser goleado por el Getafe, sus ojos resecos y relato entrecortado eran reflejo del sentir del valencianismo. Un vestuario que lo intenta casi todo sin salirle casi nada, un entrenador con pie y medio fuera, y al frente del caos, el máximo accionista que destrozó un proyecto ganador y lo convirtió en una sociedad histérica. Peter Lim es el dueño de las acciones, pero no del club. Y no hay dinero para reparar el daño que está provocando.