Coutinho y Griezmann, en venta por Haaland
Coutinho ha sido el negocio más ruinoso de la historia del Barça. El fichaje más caro de todos los tiempos (120 millones de euros fijos más 40 en variables) está siendo, también, el menos rentable. Llegó al Camp Nou procedente del Liverpool en el mercado de invierno de la temporada 2017-18 (concretamente el 7 de enero de 2018) y en tres años solo ha jugado 89 partidos y ha marcado 24 goles. La campaña pasada estuvo cedido en el Bayern, que lo devolvió en verano. Y con Koeman apenas ha tenido presencia: lleva tres meses lesionado y ayer pasó revisión médica en la Clínica Aspetar de Doha. Lo que parece indicar que su regreso a los campos todavía está lejos. El rendimiento del brasileño, más allá de sus problemas físicos, está muy por debajo de las expectativas creadas. Tenía que ser el `nuevo Iniesta' y ha acabado siendo un futbolista prescindible al que se le busca urgentemente una salida porque no tiene cabida en el proyecto que está construyendo el técnico holandés. A Coutinho le quedan todavía dos años de contrato y su precio de mercado ha caído en picado: ahora está fijado en 40 millones. El problema es que nadie quiere comprarlo... y el Barça necesita el dinero de su traspaso para hacer un gran fichaje este verano.
La locura que se adueñó de Bartomeu tras la huida de Neymar todavía está lastrando la economía del Barça. El presidente se gastó casi 500 millones de euros en Dembélé, Coutinho y
Griezmann para sustituir al brasileño. Un triple despropósito. Solo Dembélé, y ya en su cuarta temporada, está demostrando nivel para ser titular. De Coutinho ya se ha dicho todo. Y todo malo. Y de Griezmann lo mejor que se puede decir es que trabaja mucho. Y que Koeman intenta recuperarlo desesperadamente. La única manera de solucionar semejante entuerto es vender, al mejor precio posible, a Coutinho ya
Griezmann para pagar el fichaje de Haaland. El brasileño y el francés ya han tenido muchas oportunidades (demasiadas) que han desaprovechado. Toca cambio de rumbo. Y eso, tanto Koeman como Laporta lo tienen claro. El futuro se llama
Haaland. El noruego sí es una apuesta segura...