Han vuelto a hacerlo: ¡a la final!
El Barcelona se impuso en el Johan Cruyff ante el París Saint-Germain y conquistó el billete a la final de Champions por segunda vez en su historia tras un partidazo para el recuerdo en el que las culés lo acabaron dando todo
Partidazo en el Johan Cruyff. Barça y PSG protagonizaron un choque de titanes digno de lo que era: la oportunidad de conseguir un billete a la final de Champions. Se lo llevó un enorme Barcelona por segunda vez en su historia. No hay palabras para este equipo. Solo queda aplaudir. El doblete de Lieke Martens y los ovarios de toda la plantilla valen otra final europea a la que el Barça llega con la cabeza más alta que nunca tras eliminar a un rival durísimo.
GARRA DE CAMPEÓN Salió el PSG como se le esperaba: intenso y en busca de un gol rápido. Eso sí, las culés tenían claro que querían imponer su estilo en el Johan Cruyff y desde luego lo consiguieron en los primeros minutos. Con la presión alta y sintiendo el aliento de la afición, que no dejó de animar, el Barça se sentía cómodo en su fortín. Las blaugranas sabían lo importante que sería adelantarse en el marcador, y por eso Leila no dudó cuando vio a Lieke subiendo por la banda izquierda. La holandesa se sacó de la chistera un golazo que enloqueció a las culés. Un tanto que hizo crecerse aún más al Barcelona, ahora sí, imponiéndose sobre las parisinas. Cada vez que el duelo bajaba una marcha, el PSG aprovechaba para buscar la portería de
Paños, pero un nuevo arreón de las culés acabó con Hansen asistiendo para que Lieke Martens firmara su doblete en boca de gol. Las parisinas aprovecharon la celebración culé para reunirse en corro, dándose instrucciones unas a otras. Parece que funcionó, porque en la siguiente jugada Katoto puso el 2-1 en el marcador, metiendo miedo a todos los culés presentes. Se resarció la delantera de los dos uno contra uno que falló en París. Los minutos previos al descanso se convirtieron en una guerra en el centro del campo que generó un intercambio de golpes sin ocasiones demasiado claras. Premio excesivamente grande el que sacaron las parisinas de una primera parte en la que fueron superadas.
SABER SUFRIR El segundo tiempo arrancó exactamente igual que el primero, con el PSG asustando en primera instancia. Las parisinas olían sangre, pero el Barça tardó poco en venirse arriba y empezar a encadenar ocasiones. En una de ellas Endler derribó a Alexia dentro del área... ¿Qué pitó la árbitra? Nada, sigan. Y siguieron. Y el PSG metía miedo en el cuerpo cada vez que botaba un córner. El Barcelona intentó bajar el ritmo del partido ante un rival que pretendía todo lo contrario. ¿El resultado? Un intercambio de golpes que mantuvo a la grada en vilo sin tregua hasta el último suspiro.
Algunas imprecisiones en el centro del campo hicieron temer lo peor, pero el Barça volvió a hacerse grande y acumuló ocasiones. En una de ellas Jennifer Hermoso mandó el balón al palo cuando ya se cantaba el tercero. Poco después, una providencial parada de Paños, cómo no, arrancaba los aplausos del Johan. Los últimos minutos fueron de dominio de un Barça que no se conformó y que supo sufrir ante un PSG que lo intentó hasta el final.
Oshoala tuvo la oportunidad de sentenciar al borde del descuento, en un uno a uno que sacó Endler.
Y las parisinas pudieron marcar también en el añadido. Por suerte, no fue así.
En resumen, merecidísima clasificación de un Barcelona que ha luchado mucho para llegar hasta aquí, y que ahora disfruta su merecida recompensa. Ya no hay nada que demostrar. Que se prepare Gotemburgo.
El gol tempranero de Lieke Martens fue clave para dar confianza a un Barcelona que salió con todo
El equipo impuso su estilo de juego, aunque también supo jugar a lo que proponía el PSG
El Barça no perdió la calma y estuvo muy serio en defensa para aguantar las embestidas del rival