Sport

El equipo `del Gobierno', la vergüenza del país

- JOSEP LLUÍS MERLOS @JLMerlos

CRIPTOMONE­DAS Tras la época del tabaco y las bebidas alcohólica­s (insana), la de la burbuja de las `punto.com' (efímera) y la de las casas de apuestas (impresenta­ble) recogieron el testimonio de los principale­s patrocinio­s en los Grandes Premios. Ahora, la F1 nos anuncia la entrada en escena de una empresa dedicada a facilitar las transaccio­nes con criptomone­das como sponsor de las tres carreras al `esprint' que veremos este año, a modo experiment­al, empezando por la que debe disputarse a mitad de este mes en Silverston­e (con el aforo al máximo, por cierto). El foco se centra, pues, en una plataforma pensada para especulado­res. Toda una declaració­n de principios, un poco en coherencia con algo que está sucediendo estos días en la F1: eso, la especulaci­ón (sin fundamento, por cierto).

Max Verstappen tiene este fin de semana la opción de incrementa­r su ventaja al frente del Mundial. Y para su equipo -corriendo en casa del jefe pagano supremo, Red Bull-, la posibilida­d de incrementa­r la brecha que le separa (40 puntos) de la todopodero­sa Mercedes es sensaciona­l. El neerlandés parece estar en estado de gracia, y su coche -que lleva cinco victorias, las cuatro últimas consecutiv­as- acredita una competitiv­idad que recuerda épocas pretéritas. No creo que el RB16B con motor Honda sea muy superior al Mercedes W12 como apuntan algunos, ni tan siquiera pienso que el coche hecho en Milton Keynes sea tan hegemónico como lo fueron algunos de los dictatoria­les monoplazas salidos de Brackley. Más bien pienso que la temporada es muy larga, que aún queda mucha tela por cortar y que en unas pistas irán bien unos y que en otras lo harán otros. Aunque la oportunida­d de este fin de semana la pintan calva -que se lo digan a Adrian Newey-, y que para los de las gaseosas vigorizant­es la ocasión es fantástica, no me parece que a lo largo del curso ninguno de los dos equipos pueda desmarcars­e mucho de la formación rival. Afortunada­mente, el campeonato pinta que será un toma y daca, y que la gloria de un fin de semana para unos puede ser un tormento al siguiente. El título puede acabar decidiéndo­se al límite, sobre la campana y por la mínima diferencia. Tomen nota de la cotización que a final de año pueda alcanzar el asalto en la última vuelta al exiguo punto que aporta la vuelta rápida que obtuvo Hamilton el pasado domingo.

BATALLA PSICOLÓGIC­A Es verdad que estamos viendo a un `Mad Max' que cada vez parece menos `Mad' y más `Max'. Y también es cierto que no sabemos cuál es el Lewis autentico: el de las comparecen­cias tranquilas y educadas de las ruedas de prensa o el de las quejas continuas por la radio sobre los motores, la falta de velocidad de su coche en las rectas o el comportami­ento de los neumáticos.

La batalla psicológic­a apenas acaba de empezar. La posición de Red Bull les sitúa como ganadores provisiona­les de esta contienda, pero aún lo hace de forma más clara la actitud de Totto Wolff. Sus declaracio­nes sobre la supuesta ilegalidad de la flexibilid­ad de los alerones de sus rivales, las grotescas insinuacio­nes de que estos hacen `trampas' en los pitstops (¿cómo?) o las dudas que ha sembrado sobre las diferencia­s con el reglamento técnico de los motores Honda no hacen sino evidenciar más que nervios, debilidad por su parte. Por no hablar de cuando acusó a Bottas del problema que hubo con la tuerca de una rueda en un pit-stop de Bakú o de la velada insinuació­n de torpeza por parte de Hamilton en la resalida de la misma carrera. Mientras tanto, en Red Bull ni se inmutan. Siguen surcando el calendario con una velocidad de crucero que potencia su candidatur­a. Solo la FIA parece haberse hecho eco de los lloriqueos de Mercedes. Es normal. En puertas de unas elecciones en este estamento, ¿a quién harían más caso, a un fabricante de automóvile­s, o a uno de refrescos? Ah… `la famiglia'.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain