La inolvidable Navidad de 1921
Se cumple un siglo de la doble confrontación del equipo azulgrana en el Estadi Català, en Montjuïc, considerada como el punto de partida del fútbol como espectáculo de masas
El 25 y 26 de diciembre de 1921 Barcelona acogió dos partidos que, además de entrar en la historia del FC Barcelona, también lo hicieron en la de la ciudad condal. Fue entonces cuando el Ayuntamiento inauguró, aunque inacabado, el Estadi Català, en Montjuïc, concretamente en la cantera de La Foixarda. En este escenario se retaron los dos mejores equipos de fútbol del momento: FC Barcelona y Sparta de Praga, aunque en un principio se había contemplado que fuera una selección catalana la que diera réplica al cuadro praguense, circunstancia a la que Gamper se opuso. Pese al carácter amistoso del duelo, los colosos de Catalunya y Checoslovaquia midieron sus fuerzas en un pulso interpretado como el occidente contra el oriente europeo para dirimir la supremacía futbolística continental del momento, dejando de lado a los profesionales ingleses.
Los partidos fueron presentados por la prensa catalana como “el máximo acontecimiento de la temporada” al enfrentarse el FC Barcelona, campeón de Catalunya y España, y el Sparta de Praga, entonces un formidable conjunto cubierto de gloria y laureles, con fama de invencible (había perdido solo un partido de los últimos 62 jugados) y formado por jugadores que, además de ser atletas, destacaban por un preciso conocimiento del juego.
LOCURA ENTRE LA AFICIÓN
La expectación que levantó el partido pudo comprobarse en la gran afluencia de público (y autoridades) que acudió a las dos citas, la primera el día de Navidad y la segunda el día de Sant Esteve. Más de 25.000 almas, según otras crónicas de la época 32.000, se lanzaron a la aventura de subir a la montaña de Montjuïc pese a ser días de recogimiento para estar con la familia, al calor del hogar y compartiendo mesa. La gente, además, siguió los partidos de pie, desde cerca o desde los taludes que lo circundaban por estar todavía el recinto sin finalizar.
El primer encuentro dio inicio el día 25, a las 11.00 horas, y el Sparta de Praga se llevó la victoria por un ajustado 2-3. El Barça jugó con Zamora; Planas, Martínez Surroca; Torralba, Sancho, Samitier (había sido operado de apendicitis el 5 de diciembre en la clínica del Pilar); Viñals, Vicenç Martínez, Gràcia, Alcántara y Sagi (reapareció después de un tiempo alejado de los terrenos de juego). El equipo catalán falló un lanzamiento de penalti —el guardameta detuvo el disparo de Planas— y los checos, seguidamente, respondieron con dos goles. En la segunda mitad el Barça niveló la contienda por mediación de Planas (de penalti) y Alcántara, anotándose el Sparta la victoria en la recta final del choque.
Se dijo que el equipo de Jack Greenwell acusó las dimensiones del Estadi Català, más amplias que las del campo azulgrana de la calle Indústria. De todas formas, el Barça fue superado por la precisión y rapidez del equipo checo, así como por su juego de combinación y la maestra colocación de sus jugadores, que no dieron en ningún momento síntoma alguno de individualismo, pero abusaron de las cargas al hombre y de cortar balones con las manos. Albert Maluquer, en el libro `Historia del Club de Fútbol Barcelona' (M. Arimany, 1949) desveló que, terminado el partido, Planas le dijo a Gamper: “Nos han cegado con su juego tan brillante, pero creo que podremos con ellos. No saldrán de aquí sin una derrota”.
SEGUNDO PARTIDO
Se jugó el día 26, a las 15.00 horas, y el Barça se tomó la revancha (2-0) poniendo orgullo y gran coraje en todas sus acciones. Las dianas fueron obra de Planas (de penalti) y Alcántara. Los azulgranas hicieron tres cambios respecto al primer choque —Berger por Martínez Surroca, Cella por Viñals y Piera por Vicenç Martínez— y ofrecieron otra cara: fueron más intensos y valientes, espoleados por un público apasionado. Hubo varios contusionados durante la lucha, llevándose la peor parte Agustí Sancho, que en los primeros minutos sufrió un encontronazo con el capitán visitante, Karel Pesek `Káda' (empleado de Correos) y tuvo que seguir jugando con la cabeza vendada. El resto de jugadores, también amateurs, eran joyeros, electricistas, contables, empleados de comercio, soldados, mecánicos, ingenieros...
Los partidos contra el Sparta de Praga tenían como objetivo atraer la atención de la prensa internacional para poner a Barcelona en el escaparate de los Juegos Olímpicos de 1924, que finalmente organizó París. La joya de la corona tenía que ser el Estadi Català, que ofreció una gran imagen con los dos llenos consecutivos, evidenciando la pasión y devoción por el deporte y la cultura física del público barcelonés y barcelonista. Se considera que a raíz de estos partidos el fútbol pasó a ser un espectáculo de masas.
El arquitecto del Estadi Català fue Jaume Mestres i Fossas y si la obra pudo llevarse a cabo fue por la insistencia de Josep Elias i Juncosa, deportista y periodista y uno de los principales divulgadores del deporte catalán, y Narcís Masferrer, pionero del deporte y del periodismo, que encabezaron el movimiento a favor de su construcción del Estadi Català, hoy un campo de rugby.
El Barça jugó dos partidos contra el Sparta de Praga, entonces un equipo imbatible