Y la paloma de la paz voló sobre el Camp Nou
La Copa del Mundo de 1982 se inauguró oficialmente en el Camp Nou con un acto en torno a una de las creaciones de Pablo Picasso
Gigantes, bailarines de diferentes comunidades autónomas, cientos de jóvenes voluntarios reclutados en centros escolares de Barcelona... y muchas horas de preparación. La ceremonia inaugural de la Copa del Mundo dio brillantez a uno de los acontecimientos deportivos más importantes organizados en España hasta entonces. Un canto a la deportividad, a la alianza entre pueblos y a la paz, simbolizada por la paloma que inmortalizara años atrás el genio malagueño Pablo Ruiz Picasso. De la mano de Víctor Sagi y Leopold Pomés, la organización preparó con todo sigilo un acto con sorpresas para los miles de asistentes al Camp Nou aquel caluroso domingo 13 de junio. Muchos de los ensayos se realizaron en el entonces casi abandonado Estadio de Montjuïc, aún con su pista de ceniza y las graderías destartaladas por el paso del tiempo.
EL MOMENTO CUMBRE Además de los parlamentos de las autoridades -el ahora Rey Emérito Juan Carlos pronunció el discurso inaugural-, quienes asistieron al acto o lo vieron por televisión aún recuerdan la formación de la paloma de la paz por los voluntarios sobre el césped y, sobre todo, el momento en que un niño llamado Víctor Puente, ataviado con el uniforme de la selección española, se presentó en el centro del campo con un balón. De ese esférico salió una paloma blanca que voló sobre la tribuna del Camp Nou.
Luego vino el fútbol, con el Argentina-Bélgica inaugural, pero el espectáculo previo puso el listón muy alto.
Víctor Sagi y Leopold Pomés idearon una ceremonia que tuvo momentos muy emotivos