Argentina arrancó con un batacazo
El combinado albiceleste descarriló en el debut ante la selección más débil del grupo y se complicó el futuro. No puede fallar ante México ni Polonia
En este Mundial, los aficionados que pueblan las calles de Doha estos días se dividen en tres grupos: los argentinos, los mexicanos y el resto. Pero son los primeros los más numerosos, entusiasmados por una hipótesis que ellos hasta ahora contemplaban como irrefutable verdad: Leo Messi,
en su quinta oportunidad, hará campeona del mundo por tercera vez a Argentina. Tras el batacazo de ayer contra Arabia Saudí, quizá la confianza ya no sea tanta.
Nadie, casi ni el más optimista de los saudíes, podía imaginar qué era lo que iba a ocurrir ayer en el Estadio Lusail. El a priori plácido debut de la Albiceleste frente a Arabia Saudí acabó siendo un drama nacional. Argentina perdió contra todo pronóstico ante la que debía ser el rival más débil de un grupo que también acoge a Polonia y México en la que es la primera gran sorpresa de este Mundial.
Superior sin grandes alardes durante la primera mitad, Argentina se petrificó tras recibir justo después del descanso dos goles de la selección saudí que con tan buen tino dirige Hervé Renard.
Y a partir de entonces, los viejos fantasmas de incapacidad para generar juego que Lionel Scaloni parecía haber erradicado al fin volvieron a resurgir, sin que Argentina fuera capaz de marcar un gol que le permitiera maquillar con un empate lo que
sin lugar a dudas es un fracaso.
LA JOYA DE LA CORONA Decíamos que hay miles de argentinos por las calles de Doha estos días y también un buen número de saudíes, merced a la reapertura de frontera acordada entre las dos dictaduras hace ya más de un año. Pero ni juntos fueron capaces de llenar el Lusail Stadium, la joya de la corona de este Mundial, ubicado junto a un distrito financiero trufado de ostentosos rascacielos.
En el exterior, las camisetas de Leo Messi eran mayoría absoluta y el delantero argentino tuvo a bien recompensar a sus seguidores marcando el primer tanto de Argentina
1 La Albiceleste se adelantó en el marcador a los 10 minutos gracias a un gol de su capitán, Leo Messi
2 Arabia, tras una brava reacción, volteó el 1-0 en los primeros ocho minutos del segundo tiempo
3 Argentina se quedó petrificada y ni con Julián Álvarez ni Enzo Fernández pudo arañar el empate
a los 10 minutos. Recibió, eso sí, la asistencia de un VAR desconcertante, que entró a sancionar un agarrón a Paredes de los que hay mil en un partido. Desde los once metros, el jugador del PSG no desperdició la oportunidad.
Parecía el comienzo de la goleada albiceleste. Sin embargo, Arabia Saudí no iba a ser tan mansa como cabía esperar. Renard, de profesión seleccionador (este es su quinto combinado nacional, el primero fuera de África) ha configurado un equipo atrevido y compacto (nueve de los titulares ante Argentina son compañeros en el Al Hilal), que trata de mover el balón a ras de césped y arriesga con la defensa muy adelantada.
TRES GOLES ANULADOS Brilló en este último apartado Arabia Saudí, forzando constantemente fueras de juego que arruinaban los ataques argentinos. Especialmente los de Lautaro Martínez, autor de dos goles que fueron anulados hacia la media hora de juego por arrancar en posición ilegal. Después, Messi también marcó un gol que no valió. En resumen, Argentina metió el balón cuatro veces en la portería contraria en la primera mitad, pero se fue al descanso 1-0. Y entonces, justo tras la pausa, ocurrió algo inaudito. Robo en el centro del campo, pase al Alshehri y empate de Arabia. Aldawsari regateó a tres defensores argentinos y llegó el segundo para los asiáticos, marcados ambos en cinco minutos, entre el 48 y el 53.
CAMBIOS INTRASCENDENTES Argentina, en cambio, se quedó petrificada. Los aficionados y también los jugadores de Scaloni, incrédulos ante lo sucedido. El caudal de optimismo que les había transportado hacia este Mundial se escapó de repente por el desagüe del Lusail
y ya no supieron cómo volver a encauzarlo. Ni siquiera con la entrada de hombres de refresco como Julián Álvarez o Enzo Fernández. En los 40 minutos largos que quedan por delante, Argentina apenas sumó una ocasión de Tagliafico, muy bien resuelta por el portero Alowais, y dos tímidos cabezazos de Messi y de Julián Álvarez que corrieron idéntica suerte. El drama y la derrota fueron ya inevitables.