Marruecos hechiza al subcampeón
El peor encuentro de lo que llevamos de torneo lo perpetraron croatas y marroquíes, demasiado impulsivos y acelerados en su debut en la gran cita
El calor y color de la grada no se trasladó al terreno de juego, donde Marruecos y Croacia firmaron un indigerible encuentro. Ni la clase de Luka Modric redimió a la subcampeona, inoperante frente a los anárquicos `Leones del Atlas'.
Mejor que no suceda nada a tener que lamentar. La premisa fue nítida, pero los nervios. ¡Ay!, los nervios. El exceso de motivación de Marruecos provocó tres errores de bulto cuando el cronómetro apeseñalaba el 5'. Los balcánicos, huérfanos de los `killers' de antaño, no hicieron sangre.
A la cuarta, sin embargo, llegó la primera taquicardia. Enésimo fallo
Los balcánicos tuvieron la mejor ocasión al filo del descanso, pero Bono privó a Vlasic del tanto
Abde apareció como revulsivo en el minuto 66, pero no varió la nula dinámica ofensiva magrebí
en la entrega y Perisic, que no recapacitó, armó la zurda para enviarla lamiendo el travesaño. El `4' del Tottenham siempre malintencionado. Corría el cuarto de hora y el balón carecía de dueño, por mucho que Luka Modric se empeñara en dar sentido a una Croacia precaria en la asociación.
En los norteafricanos, Ziyech y Hakimi daban profundidad por la derecha. El resto, un desconcierto táctico, con el corazón rigiendo el juego. Aun así, Ziyech encontró a En-Nesyri en el segundo palo, aunnas que el sevillista rascó la pelota sin llegar a impactar de pleno. El duelo no acababa de quitarse las legañas, ni con un café doble bien cargado, y no fue hasta los instantes finales cuando los `ajedrezados' espabilaron. La última antes del intermedio la desbarató Bono con la rodilla, frustrando a un Vlasic que ya no saldría al campo tras el hiato de quince minutos.
ABDE, A ESCENA Discutieron e intercambiaron pareceres marroquíes y croatas sin llegar a imponer sus
Luka Modric lo intentó pero su esfuerzo fue en vano y Croacia cerró su debut en el Mundial con un empate sin goles ante Marruecos ideas. El partido no tenía dueño y el concierto estaba en la grada, con una afición magrebí jaleando sin cesar cada acción medio digna de los suyos.
La reanudación fue atropellada y los médicos tuvieron que asistir a Bono y Mazraoui, lesionado en la cadera tras un remate en plancha. El del Bayern lo intentó, pero no aguantó el dolor.
Y, con el partido en un interminable barbecho, Walid Regragui buscó chispa con la entrada de Abde. El exazulgrana firmó una de sus características cabalgadas en la primera que dispuso y reclamó un posible penalti que el argentino Rapallini desoyó. El colegiado, dialogante y empático, saldó un duelo de magnitud mundial con nota y echando mano al tarjetero lo justo y necesario. Poco más de una oda al bostezo.