La reconversión de Griezmann
En octubre el Atlético fichó al francés por 20 millones tras meses jugando con restricción de minutos
Antoine Griezmann (31 años, Mâcon) pareció un cuerpo extraño en el Barça de Messi. A pesar de su talento, nunca encontró su sitio porque su zona de influencia, ahí donde su fútbol fluye con naturalidad, era ocupada por el mejor jugador de la historia del club.
Griezmann se esforzó por ser un jugador de equipo, pero fue fichado para hacer números de estrella tras un traspaso millonario. Esquinado en la banda, juzgado como si fuera un extremo que tuviera que hacer números de delantero centro, se fue apagando ante la incomprensión general. Tuvo también picos de rendimiento y los elogios de sus entrenadores, pero nunca logró ser el del Atlético o la selección francesa.
La situación se fue volviendo insostenible por las tensiones de la tesorería del Barça y regresó al conjunto rojiblanco. Terminaba así una etapa en el Barça que ya empezó
Juega con la libertad que le faltó en el Barça y cada vez hace más funciones de centrocampista
torcida con los bandazos de `La decisión'. Tampoco lo tuvo sencillo en su segunda etapa colchonera. Volvía a su equipo, pero encontró a otro Atlético. Griezmann tuvo que adaptarse a otro sistema y más futbolistas de sus características con los que competir. También con una afición dividida.
El proceso no fue inmediato pero contó con la complicidad de Simeone, su gran valedor, que tuvo paciencia a pesar de un rendimiento irregular y unas cifras inferiores a su primera etapa. El técnico argentino comprendió que Griezmann había perdido algo de explosividad pero mantenía intacto su talento natural para organizar el juego. El francés es ahora un delantero que entiende el juego como un centrocampista. La reconversión hace meses que está en marcha, pero se ha hecho más evidente con su rol en el Mundial con Francia.
Griezmann es más que nunca el gran facilitador. Un mediapunta (siempre fue su posición favorita) fronterizo, que puede ser el motor del juego como un mediocentro o convertirse en el mejor socio de los delanteros. Simeone volvió a defender al futbolista el miércoles tras
“Es un jugador extraordinario, aunque muchos pensaban lo contrario”, señala Simeone
la victoria copera ante el Oviedo. “Tendríamos que irnos a siete días previos al Mundial, donde jugó como jugó ante el Almazán. Con la misma ilusión. Recuperó el afecto de la gente y el campo habla”, empezó diciendo.
“Es una buena imagen para sus compañeros. Queriendo los jugadores llegan a un nivel importante. Es un jugador extraordinario pese a que muchos, muchos pensaban lo contrario”. Con Griezmann ocurre algo cíclico en el Atlético: pasa por etapas difíciles, pero termina sacando la cabeza. Ahora le toca ser la batuta de un equipo que cuenta con medios con muy buen pie como Joao Félix o Pablo Barrios. Mañana se reencontrará con el Barça. Lo hará como rival y sin restricción de minutos. En octubre el Atlético acabó con el culebrón pagando 20 millones.