Ter Stegen, Ter Stegen es cojonudo...

▄ La última jornada de Liga tuvo un tinte nostálgico con el homenaje a Iribar, que hace unos días cumplió 80 años. Los porteros, de negro. Un toque romántico en este fútbol de hoy que solo es negocio. Iribar fue el portero de los años sesenta y setenta. El portero, en singular, sí, como si no hubiera más. Y es que era único. Los niños de hoy deben saber que para los niños de los sesenta Iribar fue nuestro ídolo indiscutible. De todos los niños, no solo los del Athletic. De los del Barça, los del Madrid, los de la Real, los del Atlético, los del Espanyol, los del Sevilla, los del Betis, los del Valencia... Increíble, pero cierto, algo impensable hoy en día, pues, lamentablemente, el forofismo está por encima de todo. Gracias a Iribar algunos aprendimos el primer taco, ya saben, Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo… Era mágico, oigan. Lo cantabas a todas horas y tu padre sonreía complaciente cuando por mucho menos te caía una colleja. Fíjense lo bueno que era, que el Barça quiso ficharle después de meterle diez goles jugando con el Baskonia. Aquel día también fue el mejor del partido... Lo dicho, el PORTERO, así, en mayúsculas.

GRAN FICHAJE El Barça no pudo fichar a Iribar hace sesenta años pero sí fichó a Ter Stegen hace nueve. Curiosamente, le fichó Andoni Zubizarreta, el sucesor de Iribar y el que, por estilo, más se ha parecido al Chopo. Gran fichaje, grandísimo. Hoy los porteros, además de ser los mejores con las manos, también tienen que ser muy buenos con los pies. Y más en el Barça, estilo obliga. El alemán, prototipo del portero moderno, ha encajado como un guante en el Barça. En la portería, en la ciudad y en la sociedad, detalles muy importantes. Esta temporada ha alcanzado su cénit y será el mejor portero de la historia de la Liga si encaja menos de diez goles en los catorce partidos que quedan de campeonato. De momento, va sobrado de promedio, pero lo más importante es que su rendimiento es un seguro de vida para el equipo camino del título liguero. Sin duda, es uno de los pocos, poquísimos, que pueden mirarse en el espejo de Iribar. Como el Chopo, Ter Stegen también es cojonudo.