“El Cornellà y yo nos retroalimentamos”
Acaba de cumplir su primer año al frente de la UE Cornellà. Todo un reto para un técnico que nunca había dirigido a un sénior. Y Gonzalo Riutort sigue con paso firme
¿Cómo valora su primer año?
Positivo, sin duda. La temporada pasada logramos la permanencia. Ahora el equipo compite muy bien y quizá en los últimos partidos los resultados no muestran la buena sensación que tiene la plantilla.
¿Recuerda el momento en que le propusieron ser el entrenador del Cornellà?
Me llamó Andrés Manzano. Solo hubo una premisa por mi parte: el compromiso de la plantilla. Me dio un sí rotundo y el resto fue rodado.
Se hizo cargo de un equipo que estaba en descenso. ¿Pensaba que un año después a la misma altura estaría en la situación que esta?
Me cuesta mirar a medio o largo plazo. Lo que intento transmitir a mis jugadores es que nos tenemos que centrar en lo inmediato y sabemos que el objetivo es la permanencia. Aún queda camino y tampoco tenemos que mirar más allá.
Y encima ahora no pueden jugar en su Municipal por la normativa actual. ¿Afecta ser local en un estadio con el aforo del RCDE Stadium?
La temporada pasada siempre se decía que jugar en casa nos daba un plus. El reto era mantenerlo en un estadio muy diferente, por esta sensación de frialdad dada la gran capacidad de la grada, pero el fútbol es de los jugadores. Es un equipo muy capaz de competir en casa y también fuera.
Para usted, ¿la Primera Federación tiene futuro?
No soy quién para dar según qué opiniones, pero como entrenador me parece una categoría muy atractiva, con equipos que solían disputar play-off y que siempre aspiraban a subir, pero a nivel económico y logístico hay situaciones muy complicadas de gestionar.
¿Qué es el Cornellà para Gonzalo Riutort?
Es mi casa. Soy joven, tengo un recorrido relativamente corto y sólo he entrenado a equipos del Europa y el Cornellà. Siempre he sido muy competitivo pese a entrenar en el fútbol base. Y esta ambición me ha permitido no encontrarme un techo. Club y yo hemos ido de la mano en este proceso de continua evolución. Al final nos retroalimentamos. Siempre intento mejorar, mirar adelante. Y el club, también.
Es uno de los técnicos más jóvenes del grupo. ¿A dónde le gustaría llegar en los banquillos?
No miro más allá pero tampoco me pongo techo. A nivel empresarial, está bien fijar objetivos a nivel estratégico que acostumbran a ser a tres, cuatro o cinco años, pero los objetivos operativos a corto plazo son los que te llevarán a lograrlo.
¿Cuáles han sido sus referentes en su formación como técnico?
Sinceramente, no he tenido un referente claro. Soy más bien autodidacta. Primero, porque dejé de jugar cuando era juvenil de segundo año. Y segundo, porque siempre he sido primer entrenador. El día a día me ha dado experiencias que al final vas haciendo tuyas. En el curso de entrenadores, lo que más me enriqueció no fue la teoría que imparten, sino compartir experiencias con compañeros como Iván Palanco, Jordi Roger…
Acaba de mencionar a un ídolo de la afición del Cornellà.
Sí. En su día Jordi ayudó a que yo viniera al fútbol base del club.
¿Le pidió consejo para decidirse a entrenar al primer equipo?
Hablé con él porque tengo muy buena relación, pero sinceramente no pregunté a nadie su opinión porque lo tenía decidido. Lo único que me preocupaba era cómo combinarlo a nivel laboral y familiar.
Para acabar, ¿qué mensaje le transmite a su afición tras su primer año en el primer equipo?
Tenemos una masa social muy fiel. Estoy muy agradecido por lo que nos ayudan y suman. Pienso en el último partido en casa contra el Eldense. Fue espectacular. Ojalá lo podamos repetir.
Sabemos que el objetivo es la permanencia y aún nos queda mucho camino