Los príncipes piden paso
Raphinha está aprovechando la baja forzada de Dembélé y ya es una `vaca sagrada' para Xavi Hernández. Rodrygo, en cambio, en su cuarto año de blanco, cuenta con minutos de calidad pero pincha en su objetivo de ser titular
Raphinha y Rodrygo no solo comparten vestuario en la selección brasileña (estuvieron juntos en Qatar 2022), sino la meta de afianzarse en sus respectivos equipos y de regalarse una actuación de solista en un clásico. Esta temporada tendrán una última oportunidad en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey en un Camp Nou preparado para ver el `póker' de victorias consecutivas ante el eterno rival. Aunque es un recién llegado,
Rapha parte con ventaja, porque ya tiene un papel protagonista y marca las diferencias en un Barça de reconstrucción que va como un tiro camino de la primera Liga con
Xavi al comando. Por su parte,
Rodrygo es un suplente de lujo, y
Ancelotti aún no lo ve con galones para su once de gala.
EL RETO DE FABRICARSE SU ROL El gran mérito del extremo blaugrana es el de no desistir nunca, el de nadar a contracorriente con insistencia y siendo el primero en creer en las propias posibilidades.
En un Barça con urgencias históricas donde se cicatriza la herida de ver como se iba Leo Messi por motivos financieros, Raphinha ha sobrevivido a un período de adaptación que nadie le regalaba y en elque hubo el trauma del KO en la fase de grupos de la Champions. A ello, hay que unirle un escenario particular poco favorable porque, para su entrenador, el titular en la posición es Dembélé.
No se vino abajo el ex del Leeds y, cuando Ousmane se rompió el 28 de enero en Girona, dio el paso al frente que todo el barcelonismo, empezando por su técnico, le exigía. Con sus goles ha dado 12 puntos, que es precisamente la ventaja que el Barça tiene sobre el Madrid tras la victoria en el último clásico liguero (2-1) con el apoteósico gol del `presidente' Kessie, otro novato culé que ha venido a sumar. Cuando el Barça no ha encontrado el fútbol, ha encontrado los tantos de Rapha, en una doble jornada de marcador rácano: el 1-0 contra el Valencia y el 0-1 en La Catedral con un ambiente radicalizado, hostil y enervado.
A estas alturas, el brasileño ya ha aniquilado los debates sobre su continuidad, que se iniciaron desde el momento en el que estampó su firma en verano en su primer contrato en Barcelona. Después de ver su gran actuación en el último clásico, nadie duda que tiene `perfil Barça', que es capaz de marcar las diferencias en partidos de máxima exigencia y que se entiende a la perfección con Lewandowski y sus compañeros de ataque. Su regularidad impresiona. Solo se ha perdido dos partidos en lo que llevamos de curso y su rendimiento va a más.
LA LARGA SOMBRA DE VINICIUS JR.
Rodrygo nunca fue la primera opción para el Madrid. De hecho, su fichaje, que se concreta en junio de 2018, es una reserva de mercado.
Florentino fichó un calco de
Vinicius Jr., pensando en que, como mínimo, uno de ellos aspiraría a ser el nuevo Neymar Jr.. Como el primero en llegar a Chamartín fue Vini, al ex del Santos le ha tocado reinventarse, empezando por cambiar de banda y exiliarse en la punta derecha. Por mucho que haya marcado goles decisivos en la Champions, que cuente con el respaldo del club (ha renovado hasta 2028) y del vestuario, aún no ha sido capaz de crecer al mismo ritmo que lo ha hecho su compatriota en el Camp Nou en el año de su debut.
Ya son demasiadas temporadas pidiendo paso. El escenario que debe cuestionarse es si preferirá ser para siempre un actor secundario en Madrid (Florentino ya se prepara para reforzar el ataque) o vuela lejos del Bernabéu buscando un palco donde sí que pueda llevar la voz cantante.