Ni felicidad ni éxito en Arabia
La ambición del país de destacar en el escenario futbolístico mundial ha sufrido un revés con la eliminación del Al-Ittihad
El Al-Ahly egipcio derrotó el pasado viernes y con autoridad al AlIttihad saudí (3-1) para alcanzar las semifinales del Mundial de Clubes que se celebra en Jeddah, en las que será el rival del Fluminense brasileño, actual campeón de la Copa Libertadores. Esta derrota escenifició que la ambición de Arabia Saudí de destacar en el escenario futbolístico mundial ha sufrido un revés con su rendimiento.
A pesar de las inversiones significativas en fichajes, incluyendo jugadores como Karim Benzema, N’Golo Kanté, Fabinho y Luis Felipe, el equipo no logró avanzar a las semifinales del torneo.
El equipo, que recientemente cambió de entrenador, reemplazando a Nuno Espírito Santo por Marcelo
Gallardo, no logró alcanzar las expectativas incluso con estas incorporaciones de renombre.
Este resultado representa un golpe significativo para las aspiraciones de Arabia Saudí de competir de igual a igual con los mejores equipos de Europa. La derrota prematura en el torneo destaca que el éxito deportivo no está garantizado únicamente por la inversión financiera. Aunque se han realizado esfuerzos para atraer talento de clase mundial al fútbol saudí, la experiencia en el Mundial de Clubes subraya la necesidad de un enfoque más integral y estratégico para lograr el reconocimiento a nivel global en el ámbito futbolístico. El país, que será el organizador del Mundial de Fútbol del año 2024, tiene aún diez años de margen para poder convertirse en una región de referencia del balompié como pretenden. Dinero hay, pues ya nacionalizaron a los cuatro equipos más importantes del país. Ahora faltan resultados.
EL ÉXITO DEPORTIVO DE MOMENTO NO LLEGA, PESE A LA INYECCIÓN DE MUCHÍSIMO DINERO EN EL PASADO MERCADO DE FICHAJES EN VERANO