Exhibición total en Montilivi

El Girona liquidó al Alavés en un partido que más bien fue un monólogo y mantiene el liderato de la Primera División gracias a dos goles de Dovbyk y otro tanto de Portu

Ni vértigo ni miedo. Nada. Este Girona es una máquina de fútbol. Pero no un fútbol cualquiera. Lo que hace este equipo es fútbol total. Todo el mundo quiere jugar y nadie quiere ser cambiado. Normal, porque se lo pasan pipa en el campo. Sólo así se entiende cómo los de Michel liquidaron al Alavés con una superioridad infinita en otra obra de arte en Montilivi. Como si fuera un tifón, el Girona fue por faena ya en la primera parte y, primero Dovbyk y después Portu encarrilaron el partido. Tras la reanudación, una gran acción individual de Couto acabó con un penalti que transformó Dovbyk para la sentencia. Trabajo hecho y a casa. Toca pensar en el Betis el jueves. El Girona llegaba al partido con la etiqueta de favorito. Un escenario, o dimensión, con los que el equipo tenía el reto de convivir. Es lo que tiene ganar al Barça (2-4), que genera una riada de elogios que pueden hacer tambalear anímicamente a un equipo que no está acostumbrado a recibirlos. Hasta ahora, no había sido el caso. Tsygankov no pudo ser de la partida por lesión y el elegido para suplir al ucraniano fue Portu. Con el murciano en el once y Stuani sancionado, Michel dejaba el banquillo con poca pólvora. Mientras, el Alavés, todo lo contrario que los gerundenses salió de entrada con un once extremadamente defensivo.

A LA DUDA DE CÓMO ASIMILARÍA EL ESTATUS DE FAVORITO Y LOS ELOGIOS, EL EQUIPO DE MÍCHEL RESPONDIÓ CON JUEGO Y GOLES

MONÓLOGO El Girona entró bien en el partido. Intenso y decidido a buscar el gol y enseguida empezó a pisar área. Dovbyk estuvo a punto de rematar a gol un buen centro de Couto desde la derecha. Era el primer aviso. El equipo combinaba y se gustaba mientras el Alavés perseguía la pelota como pollo sin cabeza. La máquina funcionaba y el premio llegó en una acción en la que Dovbyk cazó un rechace de Sivera a tiro de Couto.

COUTO FUE DECISIVO: UN DISPARO SUYO DESEMBOCÓ EN EL 1-O, ASISTIÓ EN EL 2-0 Y PROVOCÓ EL PENALTI DEL 3-0 DEFINITIVO

El ucraniano, una vez más, abría la lata.

El asedio no se detendría ante un Alavés que, salvo un cabezazo tímido de Samu, estaba desaparecido en ataque. Como un animal que olfatea sangre, el Girona esperó el momento justo para volver a morder. Lo hizo Portu, antes del descanso, con un disparo de priemras ajustado al palo derecho de Sivera. El murciano respondía a la confianza de Michel con un