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“Es bonito pensar que he abierto camino a las mujeres en el Dakar”

- LAURA LÓPEZ ALBIAC

Laia Sanz se prepara para afrontar su 14º Dakar, el tercero en coches, con el buggy de Astara. A sus 38 años y después de una brillante trayectori­a en raids, trial y enduro, la piloto catalana se siente orgullosa de ser pionera y referente del deporte femenino

La palabra imposible no existe en el diccionari­o de Laia Sanz, que lleva dos décadas brillando en el trial y el enduro, con 20 títulos mundiales en su palmarés, y está a punto de disputar el que será su 14º Rally Dakar, el tercero en coches. Después de una prolífica etapa en motos, en la que hizo historia con un 9º puesto en la general de 2015, la piloto de Corbera (1985) se ha consolidad­o en las cuatro ruedas y el próximo 5 de enero saldrá a por todas a bordo del buggy del Astara Team, en la categoría de dos ruedas motrices T1.2 Ultimate.

¿Qué puede contarnos de este proyecto?

Repetimos con Astara y Maurizio Gerini de copiloto, pero vamos con mejores medios. Era el objetivo después que lo que se nos complicó la última edición. El coche, con tracción 4x2, es la última versión y en los test de Marruecos fueron para estar contentos. El reto a largo plazo es poder pilotar un coche de la máxima categoría, T1+, pero mientras tanto llega esa oportunida­d tenemos que ir dando pasitos.

¿Ha sufrido más este año para cerrar un acuerdo?

Cada vez cuesta más conseguir presupuest­o. El mundo está cambiando muy rápido, las redes sociales condiciona­n..., pero no puedo quejarme. Lo he podido atar antes que el año pasado y centrarme en la preparació­n con más calma. Tengo muchas ganas de devolver la confianza a los que me apoyan.

Tras once ediciones en moto, ¿se siente afianzada en coches?

Si no estás en un equipo oficial cuesta seguir adelante. Vas al Dakar sin haber competido y luchas contra gente que viene de hacer cuatro o cinco raids. Pero aun así intentarem­os aprovechar nuestra experienci­a y hacerlo bien. Sé que conseguir un T1+ será complicado, pero creo en mí. También era difícil ser piloto oficial Honda o KTM en motos y lo conseguí. Estoy mejorando y tengo mucho margen.

¿Ser mujer le ha ayudado a conseguir sponsors?

Es un arma de doble filo. No nos engañemos, cuando iba en moto muchas veces fue una ventaja porque al final una mujer en el Dakar es algo que se sale un poco de la norma y tiene más repercusió­n. Pero también he tenido que demostrar que soy competitiv­a. Lo que me ha hecho ganarme el respeto son mis resultados.

¿Qué objetivo se marca?

Acabar, claro, pero no me apetece acabar como el año pasado. Hicimos buenas etapas, entre el 8º y el 11º, pero, por una cosa u otra, al final nos íbamos atrás. Un día perdimos siete horas por una avería, así que nos quedamos con las ganas. En los momentos que pudimos correr sin problemas demostramo­s que éramos rápidos. Más que el resultado, este año lo que queremos es terminar satisfecho­s.

¿Qué le parece el recorrido? El último Dakar recuperó la dureza después de algunos años de menor exigencia. Esta vez vamos a subir un peldaño y puede ser el más duro en Arabia. Hay una etapa maratón de 48 horas y habrá más kilómetros en el Empty Quarter, que es donde tuvimos más problemas, porque el punto débil de nuestro coche son las dunas. Van a ser días de superviven­cia.

¿Echa de menos las motos?

Para nada. Cuando veo en el vivac a los que eran mis compañeros sí echo a faltar el ambiente, la familia… y algunas etapas de arena me encantaría hacerlas, pero cuando vienen las de piedras, pienso: ¡Ya son ganas!

¿Cómo ve actualment­e el deporte femenino?

En general está mejorando. El boom del fútbol es positivo, porque permite ver que las chicas pueden ser competitiv­as en cualquier disciplina deportiva, pero a la vez es un poco injusto porque da la impresión de que el deporte femenino existe hace solo dos años, cuando algunas llevamos mucho tiempo luchando.

¿Qué piensa del ‘caso Rubiales?

Me da pereza. Se mezcló demasiada política y fue una lástima porque de lo que menos se habló fue del título y de lo bien que lo hizo la selección en el Mundial.

¿Qué le diría a las niñas que quieren seguir su ejemplo?

¡Que jueguen a tenis! … Es broma, claro. Les diría que si algo te gusta, inténtalo, persigue tus sueños. Solo hay que ver las mujeres que hay actualment­e en el Dakar. Y no solo en competició­n. También hay ingenieras, mecánicas, mujeres en roles que antes eran típicament­e de hombres… vamos avanzando.

¿Se siente pionera?

Creo que sí, que se lo he puesto más fácil a las que han venido después, he abierto camino. Cuando empecé era el bicho raro y ahora el papel de la mujer en el Dakar se ha normalizad­o mucho, es bonito pensar que he contribuid­o.

COMPETITIV­A

Ser mujer y piloto es un arma de doble filo. Te da más repercusió­n, pero el respeto te lo ganas por resultados

LA MÁXIMA CATEGORÍA

Conseguir un T1+ es complicado, pero creo en mí y trato de avanzar mientras llega la oportunida­d

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//JAVI FERRÁNDIZ Laia Sanz, lista para su tercer Dakar en coches, durante la presentaci­ón de su proyecto en Barcelona

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