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UNIONISTAS, MÁS QUE UN CLUB

Unionistas de Salamanca recibe al Barça hoy en un Reina Sofía que estará lleno hasta la bandera y que tiene capacidad para casi 5.000 espectador­es, pero que alcanzará los 5.700 gracias a dos gradas supletoria­s que se han incorporad­o

- IVAN SAN ANTONIO

En un momento en el que el debate sobre el modelo de propiedad (y gestión) del Barça está más vivo que nunca, la entidad blaugrana visita un club, en ese sentido, muy singular, Unionistas de Salamanca, que, en palabras de su presidente, Roberto Pescador: “Uno de los principale­s motivos de nuestra existencia es ser un homenaje a la Unión Deportiva Salamanca”, fundada en 1923 y disuelta por resolución judicial a causa de sus deudas con la Seguridad Social y el Banco de Castilla en junio de 2013. El dirigente, en conversaci­ón con SPORT, explica que vivió de muy de cerca aquel momento: “Lo peor que te puede pasar como aficionado al fútbol es que tu club desaparezc­a”, recuerda con tristeza. Todo lo que hoy es y significa para su gente Unionistas es herencia de aquella traumática disolución, que se acabó produciend­o porque no hubo más remedio pese a intentar salvar la entidad de todas las formas posibles. Pescador lo define así: “Queríamos tanto a la UD que había que hacerlo diferente”. Hubo muchos intentos de salvar a la entidad charra, pero no hubo manera: “Nos quedamos sin club, pero teníamos la estructura y nos propusimos hacer un club nuevo con identidad propia”, una identidad que no podría entenderse sin el trauma que supuso la desaparici­ón de la UD Salamanca. “No queríamos que volviera a pasar y lo blindamos para que así fuera”, asegura el presidente de Unionistas.

UN SOCIO, UN VOTO ¿Cómo lo hicieron? “Los socios y aficionado­s de Unionistas son los dueños del club y eso significa mucho porque lo sienten suyo”, explica Pescador, consciente de que “si lo reducimos a la mínima expresión, no es diferente de Barça y Real Madrid”. En su caso, sin embargo, no existen los socios compromisa­rios y todos los socios cuentan por igual: “Un socio, un voto”, apunta el dirigente. Obviamente, para que el club pueda ser operativo y no sea totalmente asambleari­o, funciona con una junta directiva, “pero tenemos unas dos asambleas anuales, por lo menos dos y, en ocasiones, más si hay cosas urgentes”.

Una de las exigencias impuestas de forma estatutari­a es la deuda cero, precisamen­te para que nunca vuelva a ocurrir lo que pasó con la UD Salamanca: “Eso nos diferencia de todo el mundo. Solo gastamos lo que tenemos y no podemos pasarnos porque si hay deuda la tienen que cubrir los directivos con su patrimonio personal”. Las elecciones son cada tres años, también vía unos estatutos que cuentan con “salvaguard­as para evitar que venga alguien a apropiarse del club”. En el texto con el que rige su presente y futuro la entidad hay artículos que solo pueden modificars­e con el cien por cien de los votos. Por ejemplo, que nunca se llamará Unión Deportiva Salamanca o tener lo mismos colores que la Unión. Por supuesto, Roberto Pescador y su junta directiva no cobran absolutame­nte nada.

Para entender qué es Unionistas para su gente, Pescador explica lo ocurrido nada más fundarse la entidad: “Estamos en Primera RFEF, pero el primer año no competimos porque nacemos en agosto. Aun así, sacamos la campaña de socios, esperábamo­s tener unos 500 y en diciembre ya éramos casi 2.500”. A partir de ahí, todo va rodado hasta, diez años después, poder certificar una estabilida­d que permite a Unionistas soñar con cotas mucho más altas. Todo ello sin tirar la casa por la ventana porque son el presupuest­o más bajo de la Primera RFEF, con 1,5 millones de euros, 500.000 ellos para el primer equipo.

“No todo es el dinero y nuestra ambición es el fútbol profesiona­l”, asegura Roberto Pescador, que no elude la dificultad que ello supone, pero al que nadie le va a quitar ni a él ni al resto de propietari­os del club la ilusión. Si algún día logran su objetivo, tiene muy claro que el modelo y a gestión seguirán siendo igual: “La realidad, se ha demostrado a lo largo de la historia, es que las sociedades anónimas deportivas no arreglan el problema que tienen los clubs con el dinero, sino que muchas veces lo agravan. De tal manera que es mucho más sencillo dejar caer a la entidad y liquidarla. Las SAD lo único que han hecho es quitarle el fútbol a los aficionado­s”. Unionistas Salamanca recibe al Barça hoy en un Reina Sofía que estará lleno hasta la bandera y que tiene capacidad para casi 5.000 espectador­es, pero que alcanzará los 5.700 gracias a dos gradas supletoria­s. Para una entidad con diez años de historia que nació de la nada y que un día soñó en grande, eliminar al Barça es una realidad basada en una cuestión de fe, como el propio club.

FUNDADO EN 2013, ESTÁ GESTIONADO POR SUS SOCIOS Y BLINDADO CONTRA LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS

“UNO DE LOS PRINCIPALE­S MOTIVOS DE NUESTRA EXISTENCIA ES SER UN HOMENAJE A LA UNIÓN DEPORTIVA SALAMANCA”, ADMITE

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// EFE Centenares de personas hicieron cola ante la puerta de la tienda de Unionistas en la Rúa Mayor de Salamanca para conseguir hacerse socio y tener acceso a una entrada para ver el partido ante el Barça

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