El Barça no está todavía para grandes retos
El Barcelona no está todavía para grandes retos. Plantó cara en San Mamés, logró remontar un marcador adverso y cayó con todos los honores, pero cometió demasiados errores que le impiden competir en los momentos claves y, como consecuencia, se queda fuera de la Copa del Rey. Y ya van dos títulos que se escapan, con la Liga a un mundo de los líderes de la competición. Y eso que estamos en enero. El panorama es desalentador. Hay, eso sí, algunos detalles que invitan al optimismo. El baby-Barça tiene futuro:
Lamine en una banda del ataque, con Héctor Fort en un lateral, con
Cubarsí en el eje de la defensa, con
Marc Guiu en el eje del ataque... El baby-Barça promete y Xavi se la juega con ellos. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que la configuración de la plantilla es un desastre
Pese al KO en la Copa hay detalles que invitan al optimismo. El baby-Barça promete
porque fiar tu temporada con chicos de 16 años es una temeridad. No les toca. Ni le toca a Xavi basar tus apuestas en estos jugadores cuando has fichado a un crack por 40 millones (Lewandowski), un defensa a priori top de 60 milllones (Koundé) o acabas de fichar a un delantero centro por la misma cantidad (Vitor Roque) y no acaba jugando ni un minuto en San Mamés o el crack persidencial (Joao Felix) juega solo un ratito. Una cosa es aplaudir el trabajo de la cantera, que se lo merece, y la otra es la de admitir que desde la secretaría técnica queda mucho por hacer. Es más, es un caos directivo que ha llevado a esta directiva a gastarse 260 millones de euros. ¿para qué?