Primero, el entrenador
Momento clave para Joan Laporta por tener que dibujar lo que será el Barça del futuro, por diseñar un proyecto que debería reinar en el segundo tramo de su mandato como máximo responsable del club. Muchas decisiones tiene ante sí, independientemente de cómo acaba la temporada. Hay dos aspectos primordiales a nivel deportivo en el que la palabra de Deco tendrá un peso específico importante. Sin embargo, Laporta dirá la última palabra porque si los resultados son buenos, será él quien se lleve los aplausos. Y si no los hay, su mandato quedará en entredicho, pues ni Xavi ni Koeman han acabado siendo un proyecto vencedor. Un tercer traspié le dejaría tocado. Por algo es el que manda.
Hay que diseñar un nuevo equipo y hay que escoger a un nuevo entrenador. Es esta última opción la prioritaria en estos momentos porque la configuración de la plantilla debe hacerse de común acuerdo con el ideario del técnico. Así pues, la necesidad de Laporta es la de escoger, fichar y anunciar al nuevo entrenador para trabajar a la sombra con Deco y diseñar el futuro Barça. Y digo en la sombra porque no puede aparecer de forma regular en el día a día del Barcelona. Sería menospreciar a Xavi y a su trabajo de aquí a final de temporada, quien busca dignificar una temporada lo mejor posible. En su aparición radiofónica (en RAC1) de la pasada semana, Laporta dejó la puerta abierta a un entrenador “con trayectoria” y a uno de la casa. El presidente debe definirse para empezar a trabajar con las otras decisiones porque no es lo mismo fichar a un pívote físico o uno táctico.
No será, como él dice, el primer entrenador que ha escogido. Es cierto que a Koeman se lo encontró, pero a Xavi lo escogió él, pese a las reticencias iniciales y a la presión de todo el barcelonismo para que el de Terrassa asumiera el mando del equipo. A Xavi lo escogió Laporta y ahora se enfrenta a una segunda decisión, el que debe ser su entrenador hasta final de mandato. Todo parece estar entre la escuela alemana y Rafa Márquez. El Barça debe empezar a mirar el fururo sin dejar de vivir en el presente.
El presidente Joan Laporta debe tomar la decisión de quién será su entrenador hasta final de mandato