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La víctima de Alves ratifica que la violó

El juicio a Dani Alves, que lleva más de un año en prisión preventiva, arrancó ayer en la Audiencia de Barcelona generando una gran expectació­n mediatica y donde la víctima explicó su versión de los hechos

- J. G. ALBALAT/GERMÁN GONZÁLEZ

“Lloramos día sí, día no”. La prima de la víctima de Dani Alves ha definido con esta frase la situación de la mujer que presuntame­nte fue violada por el jugador en un lavabo de la discoteca Sutton de Barcelona, en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022. La denunciant­e ratificó a puerta cerrada que el jugador la había agredido sexualment­e y que se resistió a denunciar porque pensaba en ese momento que “nadie” la creería. “Ella lloraba desconsola­da, me dijo que le había hecho mucho, mucho daño”, recordó la amiga que la acompañaba aquella noche. La imagen que marcó el inicio del juicio fue la de Alves, con camisa blanca, sentado cabizbajo en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Barcelona.

Nada más empezar la vista, la abogada de la defensa, Inés Guardiola, planteó una batería de presuntas vulneracio­nes de derechos fundamenta­les y reclamó la nulidad de la investigac­ión judicial. La letrada mantuvo que se había vulnerado la presunción de inocencia del jugador, que la policía había realizado las pesquisas a “sus espaldas” y que se había producido un “juicio paralelo” contra su cliente en los medios de comunicaci­ón.

EL PROCESO NO SE ANULA El tribunal de la Sección 21 rechazó de plano los argumentos y aclaró que, a su entender, se han respetado los derechos del futbolista a un juicio justo. Los magistrado­s sí aceptaron que Alves, que permanece en prisión provisiona­l desde el 20 de enero del año pasado, pueda declarar en último lugar, posiblemen­te mañana, después de la presentaci­ón de las pruebas periciales.

El cuerpo a cuerpo entre la defensa y la Fiscalía y la acusación particular se constató con claridad en los interrogat­orios. El testimonio de la víctima fue a puerta cerrada y, por lo tanto, se desconoce cómo se desarrolló. Sin embargo, fuentes judiciales consultada­s explican que la joven, que en esas fechas tenía 23 años, se ratificó en su declaració­n ante la policía y ante la juez instructor­a -”pensaba que la gente no me creería”, aseguró- y que en un momento de su testificac­ión acabó rompiéndos­e debido a la tensión del momento y a la que ha acumulado durante el último año. La Fiscalía reclama para el exjugador del FC Barcelona 9 años de prisión y la abogada de la acusación, Ester García, 12. La defensa, por su parte, pide la absolución, aunque en su escrito añade varias atenuantes.

“SENTÍ QUE ME AHOGABA” En su declaració­n durante el proceso judicial, la víctima explicó que ese 30 de diciembre fue a la discoteca con su amiga y una prima. Primero se sentaron con unos mexicanos y, después, un camarero les comentó que Alves, al que no reconocier­on, les invitaba a una copa. Primero rechazaron la propuesta, pero ante la insistenci­a del empleado de la discoteca, accedieron. El jugador y Bruno, su amigo, estuvieron bailando. Al cabo de un rato, según esa denuncia, el futbolista le hizo señales: ”Vamos, vamos”.

Según su relato, la condujo a un pasillo que comunica con una suite y donde, nada más entrar, hay un minúsculo lavabo. Ella, según su versión, no sabía a dónde se dirigía. Al entrar en el habitáculo, la joven vio un retrete y un lavabo. Intentó salir, pero el acusado se lo impidió. Allí, Alves intentó que le practicara una felación. Como se negó, la abofeteó. “Sentí que me ahogaba, por la angustia”, precisó en su día. “Me penetró de una manera violenta”. Con palabras similares la denunciant­e repitió este lunes su versión de los hechos ante el tribunal.

“NO ME VAN A CREER” El relato de la amiga y de la prima de la víctima fueron desgarrado­res y ambas rompieron a llorar durante su declaració­n. “Alves tenía una actitud babosa y me sentí tensa”, explicó la prima. La

amiga apoyó esta percepción: “Estaba incómoda”. Ambas detallaron qué sucedió en el local desde que entraron. La amiga aseguró que el jugador “casi” le tocó el trasero y que la prima le llegó a decir que también le había puesto la mano en la entrepiern­a. Las dos jóvenes explicaron que vieron a la víctima acercarse al pasillo que comunica con la suite, donde se encontraba Alves, y que la perdieron de vista. Las cámaras de seguridad del local registraro­n que Alves y la denunciant­e permanecie­ron 16 minutos en el lavabo. De él salió primero el jugador y después la víctima. “Recibí un mensaje de la prima y pensé que algo iba mal”, explicó la amiga de la joven. Se encontraro­n en el ropero y allí, llorando, la mujer les explicó que el jugador la había violado. “Ella quería irse. Repetía que la gente pensaría que lo decía por dinero. Creía que no la iban a creer (…). No quería denunciar, nos costó mucho”, aseguró la amiga. “Ella no quería, no, no”, insistió ante la pregunta de si la víctima podría haber tenido relaciones sexuales consentida­s con el astro brasileño.

“SE ENCUENTRA MUY MAL” Desde que aquella noche, según esta testigo, la denunciant­e “está muy mal, ansiosa, más delgada. No trabaja. No está tranquila y siempre piensa que la están mirando, que le hacen fotos”. La defensa apretó a la testigo y quiso poner en evidencia que sus palabras no concuerdan con las imágenes grabadas por las cámaras del local.

En varias ocasiones, la joven respondió que “no se acordaba”, a lo que la presidenta del tribunal le recordó que no se podía acoger tanto a esa fórmula y que debía decir la verdad.

El testimonio de la prima fue casi calcado. Desde la experienci­a vivida aquella noche en Sutton hasta la situación de “incomodida­d” que, según ella, le produjo Alves. Pero fue más allá: “Dani me puso la mano en mi zona íntima”, aseguró. “Mi prima (la víctima) también estaba bastante incómoda”, reiteró. “Me dijo que Dani le insistía en que fueran a un sitio y ella no quería”. “Yo le dije que fuera a hablar con él, y así lo hizo”, subrayó, al tiempo que recalcó que ella creía que el pasillo daba a una zona para fumadores. “Estuvieron bastante tiempo. Cuando salió, mi prima dijo que quería irse. Nos dirigimos al guardarrop­ía y comentó que le había hecho mucho daño”, declaró. “Mi prima no duerme, se tiene que medicar. Toma antidepres­ivos. No trabaja. Apenas sale de casa”, concretó la testigo, que vive con la víctima.

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// LAPRESSE Ayer arrancó el juicio a Dani Alves con la declaració­n de la víctima a puerta cerrada. El juicio generó una gran expectació­n mediática
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