Épica antes del ‘infierno’
El equipo de Xavi volvió a acogerse a un gol sobre la bocina para mantenerse con vida en la Liga antes de la ‘finalísima’ del próximo miércoles en Nápoles
Caminando en el alambre desde hace semanas en Liga, el Barça alargó una semana más la sensación de que aún hay una mínima esperanza de poder luchar por el título. Cada vez cuesta más creer, más aún viendo la fiabilidad del Madrid y la enorme dificultad que tiene el equipo de Xavi para sacar adelante los partidos. Lo de ayer en Vigo no fue para implantar un marcapasos, sino un paso más allá. Nos hemos acostumbrado esta temporada a los finales de infarto. De hecho, se pueden contar con los dedos de una mano los partidos que el cuadro azulgrana tenía resueltos antes de los últimos 10-15 minutos. En Balaídos el marcador reflejaba un 1-1 y nos adentrábamos en el minuto 94. Quedaban dos de los seis de añadido. Un penalti que sacó esta joya a la que se agarra el barcelonismo que es Lamine desatascó otro final bronco. Tosco. Empantanado. Cualquiera de esos adjetivos nos vale. Por si fuera poco, Lewandowski falló el primer intento. El VAR advirtió que Guaita se había adelantado antes del golpeo. A la segunda no falló un delantero polaco que firmaba su tanto número 50 con la camiseta barcelonesa. Segundo doblete del curso y séptimo tanto en lo que llevamos de 2024. Una de las cosas positivas (pocas) que sacar del encuentro en las Rías Baixas.
PENSANDO EN EUROPA Ideaba Xavi un once en el que una rotación relucía por encima de todo con el Nápoles en el horizonte. Gündogan, un indiscutible para el de Terrassa, empezaba en el banquillo. Jugará seguro de inicio en Italia. Los que no descansaban eran los dos adolescentes. Cubarsí y Lamine Yamal, otra vez con protagonismo absoluto a sus 17 y 16 años. Nos cuesta acostumbrarnos, pero en la situación actual el talento tiene que estar en el verde sin importar el ADN. Y de eso andan sobrados ambos. Es evidente y manifiesto que la ilusión, el clavo ardiendo, es la Champions League. Pero mantenerse a flote en la Liga es una obligación. Porque si no los fines de semana esta temporada acabarán haciéndose demasiado eternos a 13 jornadas para el final.
SENSACIONES También quedó claro que el anuncio del adiós de Xavi hace ya unas cuantas semanas no ha logrado el objetivo inicial de resetear la situación del equipo. El Barça sigue sin ser capaz de dominar y de ser superior a los rivales. Sigue sufriendo atrás, cometiendo errores. Y en el área rival continúa faltando mucha contundencia. Sí que es innegable ese espíritu y esa fe hasta el final en lograr el gol. De no ser por eso ni queremos imaginarnos dónde estaría el cuadro azulgrana en la tabla. Ayer Frenkie de Jong estuvo bastante bien en una semana repleta de rumores sobre su futuro. También Pedri. Pero la sinfonía sigue sin estar afinada. Ahora ya cambio absoluto de chip y a pensar en la Champions. Allí se encontrará un infierno... y un terremoto el Barça. El Nápoles es un polvorín. Va a estar entretenido el asunto...