El baloncesto derriba fronteras
Majdi, un carismático pintor palestino, decidió crear un equipo de baloncesto femenino con un propósito urgente: alejar a las niñas de un destino trágico. Como parte del proyecto ‘Nenes valentes’, la Federació Catalana y Abacus las invitaron a Barcelona
En el campo de refugiados de Xatila, donde 40,000 personas luchan por sobrevivir en un espacio de un solo kilómetro cuadrado, se desarrolló hace una década una historia conmovedora. El protagonista, Majdi, un carismático pintor palestino, decide crear un equipo de baloncesto femenino con un propósito urgente: alejar a las niñas de un destino trágico. En este contexto, las vidas de las jóvenes están marcadas por matrimonios infantiles forzados, drogas, maltratos y crímenes de honor.
Todos estos relatos son los que narra Txell Feixas en su libro ‘Aliades’, una obra poderosa que describe desde dentro esta iniciativa “radical y feminista”, tal y como afirma la escritora catalana. Nos muestra cómo el deporte y la sororidad pueden ser herramientas poderosas para escapar de un futuro incierto.
MADJI Y SUS JUGADORAS PUDIERON SONREÍR Y DISFRUTAR DE AQUELLO QUE MÁS LES APASIONA: JUGAR AL BALONCESTO
Como parte del proyecto ‘Nenes Valentes’ (chicas valientes) organizado por la Federació Catalana de Bàsquet y Abacus, el equipo de baloncesto fue invitado a Barcelona durante una semana donde pudo realizar diferentes actividades: presenciar en directo un partido del Joventut, realizar actos solidarios y entrenar con otros equipos de la capital catalana. SPORT estuvo presente en uno de estas sesiones conjuntas , una jornada de solidaridad y reflexión en el que Madji y sus jugadoras pudieron sonreír y disfrutar con otras chicas haciendo aquello que más les apasiona: jugar al baloncesto.
Majzoub Majdi habló con los medios de comunicación presentes en el complejo deportivo Joaquim Blume, donde él y todo el equipo vivió una jornada mágica. “Hemos tenido una acogida muy buena, estamos muy contentos de estar en Barcelona porque es una oportunidad para las chicas de subir al cielo. Todo esto lo hacemos para darle una oportunidad a todas ellas y que no tengan que vivir obligadas a hacer lo que no quieren. Queremos que el deporte sirva como trampolín”.
El primer objetivo de Majdi en esta historia fue salvar a su propia hija, Razan, quien a los 12 años se encontraba al borde del abismo. Puerta a puerta, Majdi convence a otros padres de que sus hijas pueden encontrar en ese equipo un espacio saludable de encuentro y compromiso. El deporte se convierte en una herramienta para brindarles confianza y autoestima, alejándolas de un futuro incierto y opresivo.
Amenah Al Madani es una de las tantas protagonistas de esta historia, una heroína que relató a SPORT este viaje desde Beirut a Barcelona y que ha luchado contra viento y marea por una vida mejor. “Estar aquí es una gran experiencia para chicas refugiadas como nosotras. El basket lo es todo para mí, lo quiero más que a algunas personas (risas)... es la única cosa con la que me puedo olvidar de todo lo negativo y evadirme nos ayuda a tener más confianza y salir de nuestros problemas”.
“ES LA ÚNICA COSA CON LA QUE ME PUEDO OLVIDAR DE TODO LO NEGATIVO Y EVADIRME; NOS AYUDA A TENER MÁS CONFIANZA”