El factor Cubarsí para ganar títulos
Pocos pensaban que, a estas alturas de temporada, el Barça iba a reaccionar. Y menos que lo hiciera de la mano de dos chavales de 16 y 17 años. Mucho se ha hablado ya del impacto de Lamine Yamal con su fútbol diferencial, pero la verdadera clave de esta reacción blaugrana llega desde atrás. Tal y como sucedió el curso pasado, el Barça ha encontrado el camino cuando ha conseguido frenar la sangría goleadora que recibía jornada a jornada. Mucho ha tenido que ver el equilibrio que ha generado Christensen como pivote, pero el gran mérito es la seguridad que está dando Pau Cubarsí en zona defensiva. Ya no es solo los balones que filtra para avanzar el juego con un criterio que nadie hasta ahora había demostrado sino que ha contribuido en tranquilizar la línea con un sentido táctico que el Barça necesitaba. Cubarsí ha dado un equilibrio brutal al equipo y ese aspecto es el que puede dar un factor sorpresa al Barça en el tramo decisivo de la temporada, cuando se ganan los títulos.
Es curioso que en la posición en la que el Barça ha invertido más dinero en los últimos años haya tenido que ser un chico de la casa el quien
El Barça creció el curso pasado a través de la defensa y la irrupción de este chico ha devuelto un orden que puede ser clave en este final de curso
haya recuperado el nivel del equipo. Dice mucho de su personalidad y, sobre todo, de su calidad técnica. Y también del entrenador. Porque no es fácil poner a un chico de esta edad en un momento crítico y en una posición tan delicada. El experimento no solo ha salido bien sino que puede ayudar económicamente al Barça del futuro. Con él en la plantilla, como titularísimo ya, el club puede prescindir de algunos futbolistas con fichas altas y cobrar algún que otro traspaso millonario.
No se sabe aún cómo cerrará la temporada, pero lo único claro es que el Barça va a luchar hasta el final y, sobre todo, competirá. No como había venido sucediendo en demasiadas ocasiones en los últimos años. Cubarsí y Lamine han devuelto la fe y ese, quizás, es el mejor premio a una temporada en la que se ha reaccionado demasiado tarde. Porque en
Liga el Madrid no falla y en Champions está difícil.