Llega la Itzulia más estelar
Estarán presentes Vingegaard, Evenepoel y Roglic, ¿quién da más? La única ausencia será la de Pogacar, que prefirió la Volta
La Itzulia se presenta hoy como una especie de arma ciclista cargada de los mejores corredores, pero, sobre todo, con el honor de ver por primera y única vez este año hasta el Tour el gran duelo entre tres de los grandes fantásticos del planeta de las dos ruedas: Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y Primoz Roglic. Sólo faltará a la fiesta Tadej Pogacar que prefirió exhibirse en Catalunya en vez de Euskadi. Pogacar y Vingegaard, que no se cruzarán hasta el Tour, se han mostrado intratables hasta ahora allí donde han corrido. Y lo han hecho con un dominio absolutamente aplastante sobre el resto de los contrincantes dejándolos sin respiración, con ataques tan secos como contundentes que nadie ha podido responder y sólo el genio de Mikel Landa, segundo en la Volta y presente en la Itzulia, se atrevió a demarrar antes que el fenómeno esloveno.
La Itzulia es una carrera diferente al resto. El recorrido gustará más o menos, pero apuesta por una estructura de etapas repleta de pequeños puertos, duros muchos de ellos, que llaman a ofensivas lejanas y sin ninguna llegada en alto en los seis días de competición. Tampoco olvida una contrarreloj inicial de 10 kilómetros escrita para la obra y gracia de Evenepoel y el único lugar, quizás, en el que el astro flamenco se atreva a derrotar a Vingegaard y con la recom
DESDE HOY Y HASTA EL SÁBADO SE VIVIRÁ UN DUELO ENTRE LOS TRES GRANDES QUE NO SE REPETIRÁ HASTA EL TOUR
pensa, en Irún, el lugar del primer acto de la carrera, del jersey de líder.
Invita a sentarse ante el televisor, por Eurosport y EiTB, porque en cualquier lugar puede saltar la banca, pero como ocurre tantas veces en la ronda vasca se añora una llegada en alto en alguno de los famosos montes de Euskadi como Arrate, en Guipúzcoa, o Urkiola, en Vizcaya.
Servirá la carrera para comprobar el estado de forma del tercer invitado a la mesa para jugarse la victoria como es Roglic, que estuvo mucho más verde de lo esperado, y no por su nuevo uniforme del Bora, en la París-Niza, donde no pudo entrar en el combate decisivo por la victoria en la última etapa por los alrededores de la capital de la Costa Azul. Por eso, es más fácil apostar por un duelo principal entre Vingegaard y Evenepoel, puesto que el belga, con Pogacar ausente, es el único que parece destinado a enfurecer la bicicleta de Vingegaard, sobre todo porque cuenta con el impagable servicio de Landa.