Un Arsenal con la pólvora mojada
Fue uno de esos golpes que duelen. Y mucho. Pero no fue la primera vez - ni probablemente será la última que el Arsenal se hizo pequeño en un partido grande. La cuestión es ¿por qué el Arsenal no da la talla en los momentos clave?
La gestión de Bukayo Saka en la última ocasión del partido define a la perfección la moral ‘gunner’ en los partidos importantes. Se habían añadido cuatro minutos y pasaban ya más de veinte segundos en el reloj. Era la última oportunidad. Por ello, todos los londinenses estaban esperando en el área - incluso Raya - que Saka ejecutara desde la esquina. ¿Dónde fue el balón? Directamente fuera. Un servicio que dejó muchísimo que desear.
Y es que el equipo británico demostró, una vez más, que es incapaz de gestionar emocionalmente los partidos en los que se juega la vida. Porque, competitivamente hablando, el Arsenal está a años luz de los grandes de Europa.
Cierto es que jugaban fuera de casa, en un Allianz Arena que aprieta y mete muchísima presión. Pero la eliminatoria estaba completamente abierta. Y el Arsenal estaba ante una oportunidad inédita: volver a unas semifinales de la Champions quince años después. Porque la última vez que pisaron la máxima competición europea (2016-17) cayeron contundentemente en los octavos de final ante, precisamente el Bayern Múnich (2-10).
¿Y LA PREMIER? Claro está que su situación en la Premier League tampoco es la mejor. Antes de afrontar la última jornada, donde perdieron ante el Aston Villa, ocupaban la primera posición. Estaban empatados a puntos con el Liverpool - tenían el goal-average a favor - y le sacaban un punto al City. Pero con la derrota frente a ‘los villanos’, todo cambió. El Manchester City sí que hizo los deberes y le arrebató el liderato. Y en el norte de Londres se teme que vuelva a suceder lo del año pasado. Los de Arteta estaban en lo más alto y el conjunto de Pep Guardiola le pasó por encima en el duelo que decidía media Premier (4-1).