El club de la comedia
No puede calificarse de otra forma. Este es el Barça que vivimos: una broma continua y grotesca poco acorde con la historia de la entidad. Laporta y Xavi convertidos, semana sí, semana no, en Stan Laurel y Oliver Hardy con declaraciones que son pura pantomima. Poco margen le queda al ‘Polònia’ para parodiarlos. Ellos mismos son un gag en la vida real. Me marcho. Se queda. Ahora no, pero no se lo digo yo.
Deco, después de superar la mayor cuota de pantalla que nunca jamás tuvo un director deportivo, se pasa a la callada por el forro. Él, el que fuera representante de Raphinha pero que ya no lo es, ha dejado al jugador solo en su mejor momento, en un verano que deberá ser asesorado con toda seguridad, sin mánager. André Cury, el representante-comisionista que nos ha metido más goles que nadie en el tráfico de paquetes brasileños camino de Barcelona, se atreve a hacer declaraciones contra el club al no dársele oportunidades a Vitor Roque.
Los guionistas de ‘La Sotana’ podrían asumir cargos de comunicación en el club con toda seguridad, los guiones serían igual de bestias, pero al menos estarían escritos por profesionales del humor. No todo lo que sucede en el campo del cachondeo pasa en lo relacionado con la parcela deportiva. En los despachos y, concretamente, con las cuentas bancarias también suceden cosas que ni las escenas más hilarantes de ‘El lobo de Wall Street’ serían capaces de incluir. Un proveedor presuntamente ingresando varios centenares de miles de euros en formato de préstamo benevolente y amistoso para ayudar a afrontar los costes de los avales bancarios. Toda una farsa a la seriedad en la que debe instalarse el rigor y ética del compliance de la entidad. Vamos a ver cómo lo explican porque suena a que les han pillado con el carrito del helado. Esta parte de la entrega se deberá solucionar no solo ante la masa social en una Asamblea de Socios (otra coña que alguien debe replantearse), sino que seguramente también se deberá razonar ante Hacienda. Mientras tanto, el talento, el que habla en el campo, se marcha y eso es tragicomedia. En las secciones han anunciado su marcha el Messi del stick, Pau Bargalló, así como el jugador y el entrenador más determinantes de la sección de fútbol sala: Ferrao y Velasco, dos claros puntales que dejan la entidad. Para llorar, más que para reír.
El Barça sí, Laporta no, cantado desde la grada de animación en el último partido demuestra que la directiva pende ya de un hilo frente a los aficionados. Ahora por pura provocación al palco se oyen cánticos de “Xavi Hernández oe, oe…” que hace dos días parecerían burla al entrenador. Podemos mirarlo así: la vida es suficientemente corta como para tomárnosla seriamente, por tanto, más vale reírnos de nosotros mismos, no sea que se rían otros. Aunque a mí, me da pena cómo está la entidad. Cambiando de registro y hablando en serio: ¿alguien podría empezar a plantearse una moción de censura antes de que la confección de la plantilla sea una nueva ‘jaimitada’? Esperemos que no llegue demasiado tarde.
Este Barça que vivimos es una broma continua y grotesca poco acorde a la historia del club