DESCENSO
Cómo esquiar en diferentes tipos de nieves
A la hora de descender, a diferencia del esquí alpino, en donde nos encontramos con nieves trabajadas y pisadas, y con condiciones más o menos homogéneas y estables, en el esquí de montaña nos enfrentamos a diversos tipos de nieve: venteadas, costras, polvos profundas, primaveras profundas, duras o pasos con extrema dificultad o estrechez, que nos harán utilizar un tipo u otro de técnica para superarlas con las mayores garantías de seguridad y disfrute. Antes de descender, tendrás que quitar las pieles de foca de la suela: sin quitarte los esquís, desengancha el estribo de la puntera y tira hacia atrás para despegarla. Para guardarlas hay dos fórmulas: o doblar por la mitad cada piel y pegar ambas partes, o pegar una piel con la otra por sus respectivas partes adhesivas.
En nieves polvos profundas…
Uno de los tipos de nieves preferidos por los esquiadores. Debido a la tipología de la propia nieve se hacen muy agradables de esquiar, experimentando sensaciones de flotabilidad que en muchas ocasiones desatan grandes dosis de adrenalina. En el artículo de freeride tenéis las claves para deslizaros por nieves profundas.
En nieves venteadas…
Nos encontraremos con un tipo de nieve dura, en la que en la parte superficial se ha formado una capa, denominada placa de viento, en donde será complicado ejecutar los movimientos técnicos debido a las formaciones de olas y escamas que se producen. Esquiaremos de forma progresiva y suave, estando atentos siempre a los cambios de terreno sobre la placa.
En nieves costra…
Nos encontramos con una primera capa de nieve dura que se rompe por la presión del esquí en la nieve, dando paso a una nieve menos cohesionada en la que en función de la dureza de las capas nos hundiremos más o menos. Hay que intentar mantener la presión repartida en ambos esquís, evitando posturas excesivamente adelantadas, ya que puede ser que las espátulas se claven demasiado en la nieve. Evitaremos también una posición retrasada que dificultará la finalización de los virajes, encarrilándose nuestros esquís.
En nieves primaveras profundas…
Se trata de nieves muy pesadas, en donde nos hundiremos si no llevamos un esquí con patín lo suficientemente ancho para tener mayor flotabilidad. Dejaremos correr los esquís para coger cierta velocidad controlada que nos ayudará a flotar y a realizar con mayor comodidad virajes y cambios de dirección. Evitaremos movimientos verticales en exceso para no hundirnos demasiado. Desarrollaremos virajes medios que nos permitan mantener nuestra velocidad.