¿OPERAR LA RODILLA O NO?
Tengo una rotura del cuerno posterior del menisco interno, a causa de esto me ha salido un quiste de Baker. He guardado reposo y al empezar de nuevo con el pádel aparece el dolor. ¿Me recomiendas operación? Estoy en duda porque he recibido diferentes opiniones, incluso me han infiltrado en 2 ocasiones. Entiendo el dilema en el que te encuentras porque nos ha afectado a muchos deportistas en alguna ocasión. Si preguntas al traumatólogo te dirá probablemente que ªhay que operarº, en general a los traumas les gusta mucho intervenir…Fuera de bromas, es cierto que mediante una ªsencillaº artroscopia se puede suturar el menisco, pero nadie te asegura el éxito total de la intervención. Por otro lado desde mi posición oriento siempre a que los lectores hagan lo posible por evitar la intervención, en tu caso que aproveches al máximo la oportunidad de recuperar tu rodilla mediante el ejercicio físico terapéutico dirigido por un fisioterapeuta. Yo tengo el cuerno posterior del menisco interno roto, algo que a primera vista parece una lesión incapacitante para la práctica deportiva, es bastante frecuente y normal a partir de los 40 años si atendemos a las estadísticas. Esta lesión me tuvo apartado de la competición un tiempo, valore como tú la operación pero al final opté por no hacerlo. Curiosos estudios sobre el efecto placebo y en especial sobre los resultados de una adecuada rehabilitación, como el realizado con 350 pacientes de 45 años con lesión de menisco*, confirman que no hay diferencias significativas entre operar y rehabilitar. La experiencia y las investigaciones me han demostrado que en muchas ocasiones las artroscopias no logran mejores resultados que los tratamientos físicos de rehabilitación. Dado que practicas pádel y que la causa de esta lesión con frecuencia es el movimiento de torsión de la rodilla dejando el pie fijo, gesto muy habitual en deportes de equipo y de raqueta, te recomiendo que durante un tiempo dejes de jugar al pádel. Te voy a explicar que hice para poder volver a correr y retomar la competición. Ponerte en manos de un fisio que te oriente en la realización de los ejercicios de fuerza, de propiocepción y de mejora de la coordinación neuromuscular. Evita movimientos de rotación de la pierna y posturas forzadas como ponerte de cuclillas y permanecer mucho tiempo con la rodilla flexionada, un vendaje tipo Kinesiotape te servirá para estabilizar y recordarte que tengas cuidado con determinados movimientos de torsión; todo ello ayudará a reducir el estrés que sufre la estructura del menisco dañada. Sobre el quiste de Baker que suele manifestarse ligado a la ruptura del cartílago que recubre los meniscos, o asociado a la propia artritis que sufre tu rodilla, no requiere tratamiento ya que con la movilización y con los ejercicios de rehabilitación tenderá a desaparecer, ya que se reabsorbe gracias al mecanismo de ªbomba sinovialº descrito por Hilde y Ploke en 2007. Es el propio movimiento de los meniscos hacia delante en la extensión y atrás en la flexión el que sirve para nutrir los cartílagos articulares y asegurar un buen funcionamiento de todas las estructuras internas. Por ello creo firmemente en que el movimiento articular y la práctica de ejercicio bien pautado, es la mejor forma de mantener en óptimas condiciones las articulaciones, y por el contrario el reposo atenta contra su salud. El éxito de la rehabilitación, Alberto, depende de cada caso en particular y en suma medida de tu grado de implicación con el proceso de rehabilitación. Como durante un tiempo vas a tener que dejar la raqueta, te recomiendo que practiques ciclismo, pedalear fortalecerá tus piernas sin comprometer a los meniscos. También te puede ayudar la aplicación de láser de alta potencia y realizar un estudio podológico y biomecánico, por si tuvieras la necesidad de usar correctivos ortopédicos que ayuden a estabilizar tu pie. Todas estas medidas y consejos que te doy contribuirán en su conjunto en una mejora de la dinámica tus rodillas. *Surgery versus Physical Therapy for a Meniscal Tear and Osteoarthritis. New England Journal of Medicine 2013; 368:1675-1684